La cercanía de las elecciones autonómicas y locales, unido a las elevadas temperaturas, un mal asesoramiento y la vanidad propia de los políticos, lleva a situaciones absurdas como mostrar las instalaciones del nuevo centro psiquiátrico, construido por la Diputación frente al Hospital de Sant Joan, sin saber cuándo se podrá poner en funcionamiento, que es lo importante. Lleva meses amueblado, pero no parece que el Consell arda en deseos por hacerse cargo de un servicio del que anhela deshacerse la Diputación. Cuestión de dinero, de cuyo gasto sólo escatiman nuestros políticos cuando se trata de darnos servicios.
