Farkhunda, una joven afgana, fue linchada y quemada viva hace unos días por violentos fanáticos que la acusaban de haber quemado un ejemplar del Corán. Según las noticias, nadie hizo nada por impedir la agresión, ni siquiera la policía. El domingo pasado, en la capital de Afganistán, las mujeres desafiaron un mandato de género portando el ataúd de Farkhunda en un entierro-protesta multitudinario en el que muchos hombres formaron una cadena entre ellos para apoyar a esas mujeres a fin de que nadie les impidiese manifestar su rabia e indignación.

Es una noticia esperanzadora la de la actitud de estos hombres en países y culturas en las que la consecución del objetivo de igualdad de mujeres y hombres se sitúa en un horizonte más lejano que en los países y culturas de nuestro entorno. Sí, no todos los hombres, allá y acá, son impasibles espectadores ante la violencia que otros hombres ejercen contra las mujeres. También los hay implicados en frenar esa violencia, que constituye una violación de los derechos humanos. Serán minoría todavía, pero los hay. Tengo la suerte de conocer a unos cuantos y esta pasada semana he conocido a algunos más entre los estudiantes de la Universidad de Alicante. Hombres y, además, jóvenes. Y lo tengo que contar.

Es tradicional ya que para inaugurar los periodos vacacionales, el alumnado universitario organice fiestas. No constituye una excepción el de la Universidad de Alicante, que el miércoles próximo celebra sus tradicionales «paellas» en un recinto cercano al campus. Para la ocasión, se organizan en grupos que suelen portar elementos identificativos, generalmente camisetas. En algunas de ellas, lamentablemente, algunos han estampado frases que alimentan la violencia machista: «Si quieres subir nota, quítate la ropa», «Si C.A.F.D. [acrónimo de la asignatura «Ciencias de la Actividad Física y el Deporte»] fuera fácil, se llamaría como tu novia» o «Si el delito fuera sexual, no me importaría cometerlo contigo». Son estudiantes, chicas y chicos pertenecientes a la comisión feminista del F.E.U y a otras organizaciones estudiantiles de la Universidad de Alicante, quienes se han organizado por propia iniciativa para hacer una campaña de rechazo y sensibilización cuando han conocido estos hechos.

Recientemente, el CIS publicaba un estudio sobre «Percepción social de la violencia de género en la adolescencia y la juventud». Una de las conclusiones más relevantes es que la percepción de las desigualdades de género es menor entre la juventud comparada con el resto de la población, pero también que las campañas de sensibilización contra la violencia de género contribuyen a reforzar el rechazo a la misma. Lo que les he contado no desmiente el estudio, pero no me negarán que abre una puerta a la esperanza de un futuro mejor.