El martes pasado 14 partidos políticos (PSOE, CiU, PNV, IU, UPyD, ERC, BNG, Coalición Canaria, Geroa-Bai, Amaiur, Nueva Canaria, Equo, Compromís y Podemos) suscribieron la Declaración Institucional por la Universalidad de la Salud, impulsada por organizaciones profesionales y civiles, para restituir un modelo sanitario universal que el gobierno del PP está arrasando. Afirman su oposición la reforma sanitaria operada por el Real Decreto-ley 16/2012 «de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones». Un eufemístico título que invisibiliza los recortes y exclusiones en el acceso universal a la sanidad. El detonante de esta iniciativa ha sido la constatación de la vulneración de los derechos humanos, en especial para las personas que ocupan las posiciones más vulnerables socialmente, entre las que se encuentran las inmigrantes en situación administrativa irregular, que son excluidas de la sanidad.

Tras la una breve exposición del contexto y los retrocesos que supone esta reforma, el compromiso adquirido se expresa en el documento citado en estos términos: «Los partidos políticos firmantes de esta Declaración nos comprometemos a llevar a cabo todas las acciones precisas que garanticen la restitución efectiva del derecho universal a la salud para todas las personas que viven en España en todos los ámbitos territoriales donde tengamos participación en el gobierno como resultado de las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales». A continuación enumeran los compromisos específicos comunes que contendrán sus programas electorales para 2015 y 2016. Y constan las firmas estampadas por sus representantes.

El mismo día dos mujeres eran asesinadas por sus parejas y conocíamos el caso de otra más, desaparecida en septiembre, todas en municipios de la Comunidad Valenciana. Al día siguiente, en Cáceres, otra mujer fue lanzada desde un coche en marcha conducido por su pareja y nada se pudo hacer por salvar su vida. Una semana negra, muy negra para las mujeres y un silencio grande, muy grande desde las instituciones ¿No es éste suficiente detonante para pedir un compromiso firme contra la violencia machista, un frente común como el que han hecho en defensa de un derecho universal a la salud? ¿Acaso el derecho a una vida libre de violencia machista no se interpreta como universal? ¡No somos un colectivo sino la mitad de la población! ¿No ven que la Ley contra la Violencia de Género no se está aplicando? ¿No saben que otras reformas la están vaciando de contenido y contradicen sus objetivos? ¿Desconocen que cada vez se detraen más y más recursos necesarios para su prevención y erradicación? Necesitamos ese compromiso firme de los partidos políticos en contra la violencia machista. Y lo necesitamos ya. Por escrito y firmado.