Por fin parece que Fabra sí. Atendiendo a los antecedentes -no olviden incluir también a Olivas- podría decirse que, en esta ocasión, Rajoy tenía motivos para darle más vueltas de las acostumbradas. Después de hacer alarde de que él se ponía delante y detrás de Camps o donde hiciera falta, no resulta descabellado que ahora haya tardado lo suyo en decantarse. Además, en el proceso ha tenido que dejar de lado las prescripciones de Rita que, por las salidas que está mostrando en público, no deben ser moco de pavo. En fin, el pepé regional, que está para que le dé algo.
Y, de paso, a los observadores. Qué temporadón de presuntos, señalados, descabalgados y aspirantes sin resuello nos estamos cargando. Hasta el punto de que sin ir más lejos ayer, con las legañas aún puestas, abrí el chisme y me quemó los ojos un correo de la madrugada que advierte: «Fabra, fijo y móvil». Pensé: van a terminar con este hombre. Inmediatamente reparé que lo que en realidad dice es «Fibra, fijo y móvil», pero quién va a pensar en Vodafone teniendo los circuitos como los tenemos por aquí. De hecho, antes de filtrarse que el Comité Regional de Listas ya tenía sobre la mesa los elegidos, Mariano dijo en Toledo a los suyos que «los candidatos se determinarán en su momento». No cabe duda de que el gachó resulta agotador.
Con tanta exploración, Fabra llega vivo al momento cumbre pero más debilitado de lo aconsejable al haber sido auscultado a ojos de todos del modo que lo ha sido. Para remate, su invento para la alcaldía de Alicante se ha quedado con la miel en los labios después de que Génova haya dado un portazo a la intención de calmar las aguas sacando del arca a Noé. Bueno, Valor es mayor pero no tanto. Lo suficiente como para captar lo que acaba de ahorrarse. En vida, y a día de hoy, es el único que sabe que ha ganado.
