Estimado Juan R. Gil. He leído muchos de tus análisis a lo largo de los tiempos. Siempre en general ajustados y ponderados. Pero el de este domingo con el que comienza el mes de marzo no lo ha sido. Ya sólo el titulo tremebundo: «Podemos llamar a esto fascismo» daba pavor. Creo que tenías la tesis ya preparada, y los dos hechos particulares con los que argumentas, el de A. Luna y F. Sánchez, han sido la excusa para justificarla. De verdad, no has sido nada científico, ni humanista. De dos casos has pretendido hacer una teoría y yo, como matemático y profesor de matemáticas, te digo, porque así incluso se lo explicamos a los estudiantes de ESO, que para generalizar se necesitan más casos (el tamaño de la muestra importa), mejor ajuste teórico, amén de una base argumental no tan llena de prejuicios.

Tu párrafo final es total «?Su planificación, su forma de maniobrar, de torcer voluntades y trampear elecciones internas, sus marchas sobre Madrid, recuerdan mejor las maneras de Mussolini que las de Stalin, por más que ambos resulten igualmente detestables ?» y justifica mi creencia en que ya lo tenías todo claro antes del argumentario sobre Luna y Sánchez. O sea, ¿en Podemos trampeamos elecciones internas?, elecciones abiertas con un procedimiento auditado por dos empresas externas y te atreves a decirlo. Perdona la expresión de te atreves no vayas a pensar que te amenazo. ¿Qué pasa, has entrado en «plaza podemos», un lugar en donde más de 15000 personas de media diaria debaten y critican lo que quieren, y has visto que alguna persona, sobre todo porque ha perdido su candidatura, hace críticas o se sale de Podemos?, ¿sobre esas fuentes basas tus escritos? Pobre me parece. Bueno, ¿y qué ocurre con la marcha del 31E a Madrid, a la que tuve la suerte de asistir, junto con centenares de miles de personas más?, ¿no te gustó? No hace falta que contestes, pero lo que seguro que pasó es que no la entendiste; hacer una alusión, sobre un acto democrático y festivo, tal como ha sido resaltado por infinidad de medios tanto nacionales como internacionales, por la que la sitúas en el mismo plano que la de Mussolini, en su marcha sobre Roma, ya la había visto en intereconomía, pero leerlo de ti no me lo esperaba. Y Juan Ramón, la comparación de Podemos, o sus dirigentes con el dictador Mussolini y con el otro dictador J. Stalin, tampoco puedo ni entenderla ni siquiera que seas capaz de creértela tú. Es dura, bochornosa y atenta contra la inteligencia humana.

Entrando en el tema con el que comienzas tu análisis, el de Ángel Luna. A mí también me gustan los escritos de Luna pero habrás de comprender que si uno desempeña una actividad en un organismo neutral como es la Sindicatura de Greuges, en un puesto de responsabilidad, la neutralidad de sus análisis políticos es exigible. No es que me parezca a mí exigible, es que lo indica su estatuto y así lo ha considerado, ante la queja de Podemos, la Sindicatura de Greuges misma. ¿Es que la dirección de Podemos no debe velar por que los organismos neutrales lo sean? ¿Qué crees, que esos nuevos tiempos a los que nos asocias en plan infantiloide, no debe llevar a que defendamos nuestras ideas y exijamos que las criticas se hagan sin usar posiciones de ventaja? De lo del director de la Universidad Cardenal Herrera, F. Sánchez no tengo nada que decir, excepto que condeno que nadie amenace a nadie, y supongo que lo habrá denunciado a la Policía, máxime cuando como dices hay correos electrónicos y para eso tenemos unidades especializadas en el crimen informático.

Juan Ramón, me gustaría que el diario Información publicara este escrito en grande, no porque yo lo sea, que sólo soy un ciudadano activo e ilusionado ante la oportunidad de cambiar las cosas que están mal en su ciudad y en su país, sino porque como otras muchas personas que creemos que Podemos representa una oportunidad histórica de cambio, nos hemos sentido ofendidos por tu análisis, porque Podemos no son esos dirigentes encumbrados de los que hablas, que por cierto los hemos elegido todos en un proceso participativo no conocido hasta la fecha en ningún partido político. Ah, por cierto, por no poder, no has podido ni sustraerte al tema Monedero, volviendo a narrar parte de los infundios, ya súper demostrada su falsedad, que sobre el famoso caso se han hecho en el último mes. Espero leerte en análisis mejores que el de hoy (por ayer), no que me gusten más que eso es fácil, sino que sean mejores porque el de hoy (por ayer) creo que marcará un mínimo absoluto en tu trayectoria. Eso espero y deseo. Y para acabar con buen rollito te diré que me ha gustado mucho en tu artículo la cita sobre el texto enviado por Quevedo al Conde Duque de Olivares: «No he de callar /por más que con el dedo,/ ya tocando la boca o ya la frente,/ silencio avises o amenaces miedo». Estoy al igual que tú de acuerdo con Quevedo y por eso envío este escrito a la consideración tuya y de tu diario, aunque mucha gente a la que tampoco le ha gustado me haya dicho que no lo hiciera público, o que para qué discutir con una persona que dirige un periódico tan importante, que saldría perdiendo? Pero no, lo envío para su publicación porque yo creo en la libertad de opinión al igual que tú. Un saludo.