La semana que empieza va a ser clave para el PP. O, por mejor decir, para comprobar si el PP es capaz de ordenarse mínimamente o sigue instalado en el caos. Puesto que el día 10 se espera que se proclamen oficialmente los candidatos tanto a la Generalitat como a las alcaldías de las tres capitales de provincia, todo el mundo piensa que los movimientos que los aspirantes hagan en los próximos días decidirán su futuro, en un partido que no elige cabezas de lista mediante primarias, sino por cooptación. En cuanto al Consell, como ya se escribió aquí, cada día existen menos dudas de que la lista la liderará su actual titular, Alberto Fabra, con unas perspectivas dramáticas para los populares: todos los sondeos les pronostican la pérdida de la Generalitat, que gobiernan desde 1995, y del Ayuntamiento de Valencia. Respecto a la candidatura de Alicante, la batalla sigue abierta. El actual director general de la Cámara, Carlos Mazón, ha ido ganando adeptos en la misma medida en que los perdían la consellera Sánchez Zaplana -ahora respaldada por Císcar- y el concejal Carlos Castillo. Por su parte, Miguel Valor, flamante alcalde, sigue jugando sus bazas. A finales de esta semana es probable que anuncie la retirada por parte del Ayuntamiento del Plan General de Alicante, fuente de todos los males.