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Francisco Esquivel

Grabado a fuego

En la reunión de Zapatero con su grupo parlamentario en septiembre de 2007, el titular del balance de legislatura resultante no será fácil que lo olvide la afición: «En esta Champions Ligui de las economías mundiales, España es la que más partidos gana, la que más goles marca y la menos goleada». A los pocos meses, ese país pletórico entraba en barrena, hundiéndose de tal modo que, ocho años después de aquello, el único que ve con claridad que las penurias han quedado atrás es el que cogió el sitio del pichichi leonés. ¿Por qué será?

Cuatro años más tarde de la aseveración que lo acompañará toda la vida, el Barça sí que ganó la Champions y el aún inquilino de la Moncloa envió un telegrama a Rosell en el que le decía: «es un orgullo como presidente del Gobierno, y como culé, que el Barça haya conquistado el título más importante del fútbol europeo, enamorando al mundo y entrando ya con letras de oro en la historia». Era tanta su fijación championera que uno de sus actos postreros fue recibir en la residencia presidencial al entonces entrenador azulgrana y hasta hacer la crónica del encuentro: «Fueron dos horas largas de diálogo en las que él se interesaba por Merkel, Sarkozy y Rajoy o por cómo llevaba la dificilísima situación económica, y yo volvía a preguntarle por Keita, por Abidal...y él por la Unión Europea y por China». No es extraño que Pep se fuera pa Alemania.

De la propuesta de una Alianza de Civilizaciones lanzada por Zetapé en la Onu, aunque se han celebrado ya siete ediciones, se ha materializado tan poco que lo más visible que nos llega es la islamista Córdoba tv en la tedeté y, como era de esperar, la hija mayor de José Luis trabaja en Real Madrid tv, equipo del que se declara seguidora acérrima. Viendo su influencia en perspectiva, vaya inyección de moral para Pedro Sánchez.

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