España es desde el 1 de enero, y durante los próximos 2 años, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU para el mandato 2015-2016. Este consejo es el máximo órgano de decisión mundial en materia de paz y seguridad, que tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacional, estando todos los miembros de la ONU obligados a aceptar y cumplir las decisiones que se toman en el mismo.

Los saharauis no han cesado de exigir a España que cumpla con las responsabilidades derivadas de su colonialismo de las que abdicó en 1975, impidiendo que puedan ser reconocidos como la República Árabe Saharaui Democrática. Sus reclamaciones nacionales se basan en que la ONU considera ilegales los Acuerdos de Madrid por el que Marruecos y Mauritania se repartieron la excolonia española; dichos acuerdos, no dicen nada de transferencia de la soberanía del Sáhara Occidental, «las provincias del Sur» como les llama Rabat.

La seguridad en el Magreb está unida a la resolución del conflicto del Sahara Occidental, donde los saharauis luchan desde hace 40 años por su derecho a decidir su libre destino. Las resoluciones de la ONU no se cumplen y la paciencia de los saharauis, que luchan por la vía pacífica, no es eterna. Soportan un muro, el exilio en Argelia, represión, la esquilmación de sus recursos naturales a manos marroquíes pero también de Rusia, Estados Unidos? y de la Unión Europea.

Marruecos bloquea el proceso de paz con maniobras dilatorias mientras repuebla el Sahara Occidental con marroquíes con vistas a un referéndum inevitable. Esto ha fortalecido la identidad y la unidad saharaui. Pero también se ha verificado que la comunidad internacional no ha cumplido con sus obligaciones asumidas en la resolución del conflicto sobre la última colonia en África. El Sahara no tiene nada que ver con el problema entre Occidente y el mundo árabe. Lo dice Estados Unidos a pesar de las presiones marroquíes por dar la otra imagen. Es un problema de descolonización mal resuelto, y un expolio. La ONU no reconocería el derecho de autodeterminación a ninguna organización terrorista, y el Polisario representa a los saharauis oficialmente en la ONU. Para más inri, la República Árabe Saharaui Democrática, miembro fundador de la Unión Africana, es la única nación (sin Estado) de habla hispana del mundo árabe. Todo esto debería ser de una gran responsabilidad para la diplomacia española y su credibilidad desde el 1 de enero. Porque a la Unión Europea, con Francia de por medio, ni está ni se le espera.