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Manolo Alarcón

Opinión

M. Alarcón

Entre la soledad y el desprecio

El aparato del Partido Popular de Alicante ha dado por liquidada a Pepa Ferrando en Orihuela

Sola. Así se encuentra Pepa Ferrando después de que el 12 de diciembre de 2012 fuese elegida presidenta local del PP de Orihuela ganando al representante del aparato: Emilio Bascuñana. A ella le ha pasado lo contrario de lo que es normal, porque al día siguiente de nombrarla jefa comenzaron a olvidarse de ella. Pero esa noche, abrazada a Mónica Lorente, pensó que había subido un escalón en la política, que la iban a tratar igual que a su predecesora y que el futuro era el suyo. ¡Miau!. Con ella y con lo que ha pasado esta semana en Orihuela, el PP ha hecho algo muy habitual en política, algo para lo que hay que tener gracia y salero y es dejar pasar el tiempo y esperar a que todo fluya en la dirección correcta en vez de tomar las decisiones a tiempo pero, ya se sabe, Orihuela es en esto, como en tantas otras cosas, muy especial. Y dos años de mandato han sido suficientes para que el último eslabón que mandaba del ripollismo en la Vega -aunque fuese por radiocontrol porque la batuta seguía siendo de Lorente- se haya roto. Y, como les decía, se ha roto solo. Ha estallado por la indiferencia y por el desprecio hacia Ferrando a la que nunca ha visto como líder ni Alicante ni Valencia y, si me lo permiten, ni Orihuela, pero aquí era la elegida por Mónica y punto.

La apertura del expediente disciplinario a Pepa Ferrando, que ya les digo yo que será por más infracciones de los estatutos del PP que por delitos se condenó a El Lute, debería conllevar su expulsión a medio plazo pero la ha convertido desde el martes en casi un cadáver político. La expedientan por unas declaraciones contra miembros de la cúpula provincial del partido hechas el lunes y por decir que les amenazaron si no apoyaban una moción contra los imputados por corrupción.

Ferrando estalló ese día después de llegar a un pleno ya derrotada por los acontecimientos de días atrás pero sobre todo por la indiferencia de su partido con todos sus movimientos. De hecho, el mayor desprecio que le había hecho era no abrirle un expediente cuando se levantó del pleno el 26 de noviembre sin votar esa misma moción, que es un tanto absurda con el objeto de que todos los ediles presentes se comprometieran a no tener imputados en las listas electorales en 2015. Y es absurda porque da lo mismo lo que digan los que ahora la votan porque eso, en buena medida, no lo decidirán ellos sino sus partidos y que cada cual asuma el resultado. Pues Pepa no sólo se negó a ello sino que dos días más tarde, mientras esperaba una reacción de su partido que no llegaba, se despachó con unas declaraciones tan ciertas como las del lunes aunque sin atacar a nadie. Pero nadie reaccionó porque la cosa en el PPCV no están para estas menudencias; al fin y a la postre, Ferrando no es la alcaldesa y tampoco está la relación entre Císcar y Fabra como para ir tirando cohetes. Y, Pepa, en otro gesto, el 11 de diciembre se hizo una autofiesta con 400 afiliados para celebrar dos años de mandato. Pero nadie en el partido reaccionó.

Así que llegados a ese lunes y a diez minutos del pleno, Ferrando se dio cuenta que tampoco controlaba el grupo municipal, que estaba partido en dos sobre qué tenían que hacer y ella no daba las órdenes porque muchos se sentían amedrentados por ese WhatsApp que les decía qué tenían que hacer. No sé si pensó qué haría Lorente en su situación, pero no le quedó otra que dar libertad de voto algo que en realidad no existe en política; de hecho, sólo hay que verlo en el propio PP de Alicante y en las directrices que dio para ese pleno.

Lo que pasó después de la sesión ya se sabe: convocó una rueda de prensa para hacer balance de 2014 y se dedicó a tirar contra todos por cómo la ningunean. Ese día le pregunté cuándo volvía de vacaciones y me dijo que el 2 de enero. Para entonces, supongo, su partido ya le habrá notificado lo que se encargó de pregonar la dirección provincial el martes: está expedientada, algo que ni se le ha notificado a ella ni a los que la secundaron.

Y ahora sólo queda una cuestión por resolver... ¿A Pepa la echan o ella les ha empujado a que la echaran? Y, sobre todo, ¿qué piensa Lorente de todo esto ya que seguro está detrás de todos los movimientos que ha hecho la presidenta estos días? La respuesta, el 2 de enero.

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