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Manolo Alarcón

Ya queda menos

El jueves, en una sala casi vacía de periodistas, oficializó su renuncia al acta de concejal Asun Mayoral permitiéndose una debilidad, un capricho cuasi sentimental de alguien que llega al final agotado: solicitó al equipo de gobierno hacer su comparecencia en la sala digna del edificio, la que por una ley no escrita se reserva con espacio, comodidad, atril, megafonía o sillas para diestros o zurdos para el trabajo de los medios de comunicación porque van a escuchar a los que mandan. En cambio, los medios tienen que meterse en un cuchitril cuando tienen que escuchar a la oposición. Y Mayoral, desde que la echaron del grupo municipal, tenía el más pequeño de los cuchitriles, que tardó un año en conseguir de manos de Monserrate Guillén, el alcalde al que, después de querer echar en agosto de 2013, mantuvo en enero de 2014.

Pues el jueves, por un día, volvió a los focos de la sala de Prensa. Conté el viernes que allí empezó, como concejala de Contratación, y allí acabó el jueves para ella esta legislatura. Con su marcha voluntaria se cierra un círculo curioso esta legislatura porque cada uno de los grupos municipales ha tenido una dimisión: Antonio Ortiz, en el PP; Manuel Culiáñez, en Los Verdes; Antonia Moreno, en el PSOE; y Asun Mayoral, en CLr-Claro.

Si Mayoral se ha ido (lo registrará hoy) probablemente será porque no vaya a pasar nada más en lo que queda de legislatura que tenga que ver con movimientos políticos. Y quedarán cinco meses hasta mayo para conocer quién gobernará en Orihuela con el objeto de dejar atrás esta sensación de haber perdido los cuatro años del gran cambio en nada. El poder desnuda a todos cuando lo tocan y, como en el cuento de «El nuevo traje del emperador», ni se dan cuenta.

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