La Navidad, ya próxima, inspira sentimientos de reconciliación y de paz. El Papa Francisco ha hecho recientemente un viaje a Oriente Próximo con la intención de conseguir el cese de la violencia contra los cristianos orientales, la reconciliación y la paz.

En sus intervenciones en Turquía, ante el presidente Erdogan, reiteró que «hay que detener al agresor injusto», y pidió que se impulsara «un diálogo interreligioso e intercultural con el fin de apartar toda forma de fundamentalismo y de terrorismo» en nombre de la religión.

En Siria e Iraq, especialmente, se están dando graves persecuciones contra los grupos cristianos. El Papa, en rueda de prensa, reveló que había planteado al presidente Erdogan la necesidad de que «todos los líderes islámicos condenen claramente la violencia en nombre del Islam», e insistió en que «el Corán es un libro profético de paz», con lo cual rechazó que se identifiquen Islam y terrorismo.

Hay que tener en cuenta que el Papa Francisco, cuando era obispo en Argentina, cultivó una amistad personal con los líderes musulmanes residentes en Buenos Aires, y se mostró de acuerdo con ellos.

El viaje del Papa a Oriente Medio culminó con una oración en común con los líderes musulmanes en la Mezquita Azul de Estambul. En la despedida les dijo estas bellas palabras: «Recen por mí». Quiero recordar que en Estambul hay muchos descendientes de los musulmanes expulsados hace cinco siglos de España, y muhcos de ellos conservan la lengua española. El gesto del Papa tiende a fomentar la convivencia pacífica entre las grandes religiones del Oriente Próximo.