Hace escasas horas que te has marchado dejando un vacío en nosotros que va a ser muy difícil llenar, pero dejando en este Elche tuyo que tanto amabas un testimonio impagable de generosidad, honestidad, altura de miras y búsqueda del bien común. Te has marchado de la misma manera que vivías: sin hacer ruido pero sobrecogiendo con tu presencia. Te has marchado a ese cielo eterno, ese cielo del Misteri donde mora aquélla a quien tanto amaste, a quien tantas veces cantaste y de quien por tan buen hijo te tenías: la Mare de Déu.

Querido Paco, amigo mío, muchas son las cosas que quisiera contarte en estas líneas, muchos los recuerdos y las vivencias compartidas, muchas las emociones experimentadas a tu lado pero, sobre todo, mucho, enorme, inmenso el orgullo que siento por haber formado parte, junto a ti, de la joya más hermosa que ha conservado esta ciudad: nuestro Misteri y su Patronato. Desde que el pasado año el Ayuntamiento te propusiera como patrono hemos compartido preocupaciones, anhelos, reuniones en las que quedaba bien claro que nuestra Festa, que la Mare de Déu, era la principal pasión de tu vida. Tuve la suerte de compartir aquel maravilloso viaje a Tierra Santa y pude contemplarte emocionado cantando «de San Pedro» ante la imagen del tránsito de Nuestra Señora en el Valle de Josafat. Recuerdo que, tras aquel entrañable acto, afirmaste «ahora sí podré irme en paz» ¡cuánto sentías lo que cantabas! ¡cuánto amabas a la Mare de Déu! Ahora podrás rezarle cantando tantas veces, eternamente, desde ese sitio en el que le puedes contemplar cara a cara....

¿Cuántas veces habrás interpretado el Ternari en estos más de cincuenta años al servicio de la Festa? ¿Cuántas veces habrás cantado como «Santo Tomás»? ahora ya sabemos que nunca más podrás llegar tarde porque ya estás en aquél lugar del que tanto y tan bellamente nos habla nuestra Festa. Ha llegado al lugar definitivo, querido Paco.

El principal regalo que sembraste y nos has dejado es el amor: amor por tu Elche del alma, amor por la Capella, por los cantores y por ese bendito mes de agosto en el que, cada año, se reeditaba tu propio sueño. Amor por tu familia, por tus hermanas Finita y María Asunción, por Pepe y Carlos, por tus sobrinos y por tus amigos. Amor y pasión por la buena mesa (que también es una virtud) por tu profesión, por la vida, por tu vida en definitiva.

Querido Paco, ya no podremos susurrar contigo en esa tarde de diciembre en el que Elche recibe a su Madre entre aclamaciones «no olvides que el Pueblo rendido te adora....» que con tu voz y en tus labios era la voz de todo un pueblo que tiene en María de la Asunción su faro y su guía. Ya no podremos estremecernos con tu Ternari ni con tu voz rotunda de bajo en el apostolado. Ya no podremos disfrutar con tus «solos» en tantas Zarzuelas de nuestra Coral. Ya no podremos emocionarnos al verte solemne, vestido de Santiago, dirigirte a la Ermita desde la que parte el cortejo que inicia tu amada Festa y de la que hoy ha partido tu cuerpo sin vida en el que ya ha sido tu último pasacalles hasta la Basílica de tus amores. Ya no podremos verte pasear por esta ciudad que tanto amabas y que tanto te amaba y tampoco podremos ir a escucharte cantar los gozos en las Salves de la Virgen del mes de agosto...pero sí podremos y queremos recordarte, para siempre, como parte importante de todas estas cosas que forman parte del alma eterna de una ciudad que mira al cielo como ninguna. Por todo ello: GRACIAS, querido amigo.

Sí, Paco, formas parte de nosotros. Tu recuerdo permanecerá para siempre entre tantos ilicitanos que asistimos cada 15 de agosto a ver coronar a Nuestra Patrona en su Misterio. Sí, Paco, podremos y queremos recordarte como ese hombre entrañable, tremendamente humano, enamorado de la vida y de la Mare de Deu, enamorado de su Elche, de su forma de ser. No nos olvides desde donde ahora estás. Y cada agosto, al ver abrirse las puertas del cielo de nuestra Basílica nos consolará saber que, de algún modo, te encuentras entre aquellos hombres de la Tramoya que permiten que cada agosto se realice este auténtico milagro de fe y de belleza que es nuestra Festa.

Querido Paco, han sido miles los hijos de Elche que han querido pasar por tu capilla ardiente para despedirse de ti. Tu recuerdo, seguro, se hará gigante con el tiempo tal como ha ocurrido con otros tantos que cantaron la Festa con tanto amor como el que tú demostraste tantas veces. Tu recuerdo y tu figura se volverá a hacer presente cada vez que, al ser coronada nuestra Patrona la tarde del 15 de agosto salga, desde lo más profundo y hondo de nuestra corazón ese clamor enérgico, cargado de recuerdo y de alegría que es, en sí mismo un grito de esperanza: Viva la Mare de Déu!!