Ya han pasado casi tres años y medio desde que los ilicitanos decidieran depositar su confianza en el Partido Popular. Más de tres años de gestión, de solvencia, de ganas y de ilusión por intentar sacar al Ayuntamiento de la compleja situación económica y financiera en la que se encontraba y, sobre todo, devolver la esperanza a los ilicitanos.

Si afirmara aquí que ha sido, que está siendo, trabajo fácil, mentiría. Han sido más de tres años de problemas, de deslealtades, el enquistamiento de ciertas cuestiones ha sido evidente, y todas estas circunstancias se han convertido en compañeras de viaje del equipo de gobierno.

Si afirmara aquí que no ha habido errores incurriría, del mismo modo, en la estúpida pretensión de ocultar la realidad. Errores ha habido, ciertamente, pero siempre como consecuencia de la búsqueda de un bien común, de la continua exploración de lo que mejor pudiera servir a esta ciudad tan maravillosa, tan rica y tan compleja.

No me cabe ninguna duda de que toda la acción de gobierno a lo largo de estos largos tres años ha pretendido ese único fin: servir a Elche con toda la pasión, con todo el orgullo y con toda la intensidad con que nosotros, los ilicitanos, sabemos hacerlo. Desde nuestra alcaldesa hasta el último de los concejales que integran el equipo de gobierno, con todos los aciertos y con sus errores, todos han entendido (y entienden) que Elche merecía y precisaba otra forma de hacer las cosas tras más de treinta años de socialismo.

El equipo de gobierno, desde el primer día, supo que la mejor manera de devolver la esperanza a los ilicitanos era curar a un Ayuntamiento enfermo, sanear su situación financiera, promover la creación de empleo a través de incentivos a los empresarios, incrementar las partidas de acción social, crear el fondo social en el servicio de aguas, cumplir con la deuda contraída con los expropiados y amortizar la que debía a los bancos. Había que implantar la recogida diaria de basura (tal cual se pagaba, pero no se hacía) y terminar con el «bolseo». Se tenía que empezar la construcción del barrio de San Antón. Era necesaria una policía de barrio. El fomento de la oferta de ocio y de restauración, relanzando el sector turístico era una demanda abiertos al público (la Calahorra, las Clarisas, el Molino Real, la Torre de Vaillos?). Se han habilitado partidas para becas a estudiantes. Se fomenta efectivamente la iniciativa privada y, con ello, y también efectivamente. A través de concesiones, se han puesto en uso espacios públicos de los que no se obtenía rentabilidad social alguna: Parque Multiaventura, nueva Ciudad Deportiva, nuevo Mercado Central ) y blindado la titularidad municipal de los mismos.

En resumen: pese a las complejas circunstancias económicas y financieras, este equipo de gobierno puede afirmar, sin ningún tipo de complejo, que ha cumplido con el programa electoral que obtuvo el respaldo mayoritario de los ilicitanos, demostrando que sí hay otra forma de hacer política.

Y todo ello, sin resquicio alguno de corrupción: la decencia, la honradez, las ganas, la ilusión, el trabajo duro, la honestidad y la coherencia son virtudes que aquellos que ejercen la política han de vivir y de demostrar en sus propias actuaciones.Y estoy en disposición de afirmar que, con algunos errores, pero mayor número de aciertos, son éstos los principios que han inspirado a los miembros del equipo de gobierno del Partido Popular de Elche en esta legislatura. Estos principios han venido orientando todas y cada una de sus acciones durante estos más de tres años de gestión, de servicio a Elche, seguir sirviendo de guía a lo largo de lo que queda de legislatura. Y serán nuestro Norte para la próxima.

Existen varias formas de hacer y ejercer la política. La de la negatividad permanente, el ataque, la destrucción y la crítica constante y aquella otra que busca construir, tender puentes desde el respeto, el trabajo y la firmeza en unos valores e ideales¸con honradez y transparencia. El PP ilicitano, con Mercedes al frente, tiene claro que la segunda es la única manera de servir desde la acción política.

Estos tres años largos de gestión son el mejor aval de ese ejercicio constructivo de la cosa pública con el que se identifica la inmensa mayoría de la sociedad ilicitana. No hay otro camino si queremos seguir devolviendo la esperanza y el futuro a quienes integramos esta ciudad de la que tan orgullosos, todos, nos sentimos.