Escuchando al personal de la Comisaría, que en este caso concreto integra un pequeño colectivo en su mayoría femenino, tuve una sensación de estar sobre un terreno ya trillado. Así, las argumentaciones que se utilizan están bastante calcadas de las que surgieron en su día desde el Palacio de Justicia, cuando Jorge Sedano y Miguel Peralta -o al revés, tanto monta- decidieron ubicar el nuevo en la plaza de la Mare de Déu. Difícil acceso para las personas mayores, inexistencia de transporte público a las puertas y... nula consulta con el personal afectado. En el caso de los juzgados creo que el personal ya se ha hecho a la idea de que quizá mejor Mare de Déu que un cierre del edificio actual y traslado obligado quién sabe si a Alicante, como Torres Dulce prevé para la Fiscalía. En el de la Comisaría, parece que todo está también guisado y se consumará en un tris, pero falta saber si habrá pancartas y protestas, lo cual no dejaría de tener su lado original.
