Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Sempere

Todo es relativo

Alfonso Rus está a punto de lanzar su televisión. El presidente de la Diputación de Valencia ha presupuestado 3,2 millones de euros durante el ejercicio de 2015. A Tele Rus, como se conoce coloquialmente el invento, han comenzado a lloverle críticas. No hace falta ser muy avispado para comprender el alcance electoralista de este medio de comunicación tan generosamente dotado. E intuir, como si lo estuviésemos sintonizando ya, el nivel de su programación, el talante de sus informativos, su sabor y su olor a canal temático fallero apenas se vislumbren los meses de febrero y marzo.

La Diputación de Alicante ha asignado al Instituto de Cultura Juan Gil Albert un tercio de lo que Rus a su nuevo juguete. Todas la actividad suscitada desde la Casa Bardín dispondrá durante el 2015 de una partida de 1.271.000 euros. Algo que visto así puede parecer poco pero que es muchísimo si lo comparamos, por ejemplo, con el presupuesto con el que tiene que sobrevivir el Teatro Principal de Alicante, que dispone, para su ejercicio anual de 2015, con 200.000 euros, aportados a medias por sus copropietarios. Es decir, que la Diputación de Valencia va a invertir en su nueva televisión, sólo en el año entrante, lo que el Ayuntamiento de Alicante destinaría al Teatro Principal de aquí a los próximos 32 años; y la Diputación de Alicante al Gil Albert la cantidad equivalente a la que el Ayuntamiento de Alicante aportaría al Principal entre 2014 y 2024, ambos inclusive.

Evidentemente, todo es muy relativo. Si mirásemos cuánto aporta CulturArts al Teatre Arniches, tanto a la programación de teatro como a la de cine, y lo comparásemos con los 7 millones que va a costar al Consell en mantenimiento una Ciudad de la Luz cerrada, a cualquier persona sensible y formada sí que podría darle un jamacuco.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats