Con esta exposición en el MUA, la Universidad de Alicante intenta hacerse eco de lo que desde hace algún tiempo, aunque con mayor intensidad desde 2011, es una pauta en todas las instituciones y centros de arte de Alicante. Parte de las obras que se muestran son las resultantes de la producción de exposiciones a artistas alicantinos o con vinculación con Alicante, llevada a cabo en Las Cigarreras, en los ciclos de la Casa Bardin y la Lonja. También vemos artistas que han sido seleccionados en las convocatorias de arte del Gil Albert, en Mulier Mulieris de la UA o que han pasado por centros privados como Mustang Gallery, L'Espai, Parking Gallery, Aural.
Una exposición en el MUA que, como un sumario de lo ocurrido, aunque limitándose a unas determinadas generaciones, nos muestra la imagen de lo que estamos constatando a diario en estos centros ya nombrados: la calidad, la diversidad y el compromiso con la investigación artística de nuestros creadores.
La Universidad de esta manera busca sumarse a esta realidad, integrándose, con ello, más activamente en el debate de la cultura. Y como cualquier actuación también esta se debe analizar estableciendo y valorando los parámetros del análisis. Es decir, quién hace esta exposición, a quién se dirige, cuáles son sus objetivos, de qué medios dispone, qué aporta. Aunque esto da para varios artículos.
Pero de qué medios dispone la Universidad: sabemos que no puede apoyar la investigación individual del artista, pues no hay dinero para la producción de obra. Pero sí tiene un magnífico espacio expositivo y los recursos humanos y editoriales para elaborar catálogos en los que, junto a la documentación de la obra de los artistas, se concrete una mirada sobre arte que fomente el debate.
Pero en esta exposición vemos una acumulación sin sentido de obra en las paredes de una sala reducida, sin un espacio mínimo para visualizar sin interferencias cada una de las propuestas. Lo que no se entiende, teniendo el MUA uno de los espacios expositivos más amplios de la provincia, que es la sala del cubo principal. ¿Por qué no se ha realizado la exposición en esa sala, en un espacio proporcional? Por otra parte, en el catálogo, que es lo que quedará de este proyecto, se muestra las obras de estos artistas con un diseño gráfico excesivamente personal para un trabajo de estas características, en el que el maquetador ha hecho su propia obra interfiriendo la obra de estos creadores.
Si la mayoría de estas trayectorias artísticas son conocidas por otros profesionales y críticos, entiendo que el objetivo de esta exposición es acercarlas a un público más amplio, además de profesores, alumnos... Pero por muy buena voluntad que se le quiera poner a la didáctica, el caos y la confusión de esta acumulación es inevitable para el no experto, que en todo caso es a quien puede interesar esta reiteración. Sin duda teóricamente se puede justificar todo, pero el arte tiene una dimensión física, real, presencial, que en este proyecto expositivo no se ha respetado para su comprensión.
