Por la liquidación acaba de conocerse que, entre 2005 y 2011, la delegación alicantina de Canal 9 derritió cuatro kilos fuera de presupuesto. En ese periodo el director del Centro de Producción no fue otro que Manuel Aracil. A ver, échenle imaginación, ¿a que no saben qué ha esgrimido al respecto el hoy alcalde de Sant Joan d´Alacant? Pues que «carecía de autonomía» -qué sarcasmo estando al frente de un ente autonómico- y que «todas las decisiones económicas se tomaban desde Valencia». La pregunta que sobrevuela es: ¿por qué y para qué tendría entonces erreteuveé un delegado? Como experto en la materia, iba a preguntárselo a Modesto Crespo pero igual no nos saca de dudas.
Sí, porque el que fuera durante años asesor jurídico de la Cam, Martínez-Abarca, declaró el viernes en la Audiencia Nacional que ni se falsificó el acta ni se ocultó a los miembros del consejo la morterada correspondiente al presi. Elemento -al presidencial, me refiero- que, según la línea de su defensa, no tiene responsabilidad en nada de lo ocurrido con la extinta, puesto que sus funciones eran «meramente representativas». Como tampoco la tiene, faltaría más, en embolsarse 640.000 euros en un par de ejercicios al frente de la participada Tinser, cuya primera reunión con el ínclito dentro se produjo a los diez meses del nombramiento y duró, según el administrador único, la friolera de una hora. Lo mismo el resto del tiempo lo pasaba con Aracil en plan representativo, digo yo, para asegurarse de que ni el desvío de fondos ni el desconchón en el caja se televisara por ningún lado. Y lo cierto es que, pese a lograrlo de entrada, no contaban con la actual redifusión en abierto del fundido en negro. Como se llegue hasta el final, Cuéntame se quedará corto. Aunque lo que está por suceder sería de jus-ticia que se pareciera más a Homeland.
