«El futuro de los niños es siempre hoy,

mañana será tarde»

Gabriel Miró

Vaya por delante que soy un convencido de que la situación actual la debemos abordar desde las instituciones y no destrozándolas para no se sabe bien qué. Convencido de que la política, la buena, la que debe también reconvertirse, es parte de la solución y no sólo del problema. Soy afiliado del Partido Popular. Ejerzo mi libertad y mi independencia para comprometerme y sé, que no haya dudas, que es el mejor PP posible, repito, el mejor PP posible, el más adecuado para retomar las riendas.

Y quiero hablar hoy de Alicante, de nuestro orgullo de ser alicantinos, que lo tenemos y ejercemos poco y anda muy tocado por la crisis económica y por todo lo demás. No podemos permitir que la cada vez más cercana recuperación pase de largo por la inestabilidad y los experimentos. Son muchos los esfuerzos y sacrificios ya realizados como para jugar ahora a la ruleta rusa. Somos un pueblo de emprendedores que sabe lo que es levantarse cada vez que nos venimos abajo y es el momento de mantener ese espíritu más que nunca.

La verdad es que como padre me preocupa que el día de mañana mis hijos vivan lejos de mí, en otra ciudad o en otro país. Será su elección, pero es mi responsabilidad que puedan elegir. No quiero que se vayan por obligación, quiero que encuentren aquí las mejores oportunidades y que vivan y sientan Alicante como me enseñaron mis padres.

Quizás sea éste un buen momento para que hablemos de lo que queremos y no solo de lo que no queremos. Hay que dar un paso al frente y no esperar a ver qué pasa y cómo se arregla todo.

Ahora mismo el debate en nuestra ciudad es sobre las personas; sobre quién o quién no estará en la próxima legislatura; sobre quién se presentará o no se presentará; o incluso, sobre si los partidos serán capaces de adaptarse o no a la coyuntura política.

Ese debate sobre los nombres propios ya llegará y lo abordaremos, pero hablemos primero de qué Alicante queremos para los próximos años. Para entendernos: una calle bien iluminada no es ni de izquierdas ni de derechas. Debería haber, por tanto, objetivos posibles y ambiciosos como cuestión previa a la contienda electoral.

Este es el posicionamiento público de un alicantino que siente su ciudad y que pone sobre la mesa los ejes que considero fundamentales para trabajar en el presente y futuro Alicante, alumbrados eso sí, con algunos ejemplos concretos.

Acuerdos de ciudad

De la misma manera que se requieren Acuerdos de Estado que no sufran la alternancia política (pactos de bases en Educación, Sanidad, etc.), Alicante precisa grandes consensos, ahora más que nunca.

El Plan General: Rescatemos el PGU en trámite. Aprovechemos los buenos trabajos, que sin duda ya tiene y abramos un espacio de consenso con esfuerzo y altura de todos para actualizarlo, renovarlo y defenderlo conjuntamente. Es posible en un año y es necesario para dar seguridad jurídica a inversores, promotores (devolvamos la dignidad pública a la promoción inmobiliaria profesional y sostenible) y a la actividad económica en general. Sin un marco claro asumido por todos, será más difícil consolidar también en Alicante la recuperación económica.

Plan Local de Obras. La planificación y priorización de las obras de la ciudad no es sólo un deseo. Es posible y es un reto para la inmensa mayoría de ciudades, además de la nuestra. Utilicemos un instrumento eficaz que ejecutan las Diputaciones con sus Planes Provinciales de Obras y que además cuentan con muchos años de consenso. Lo conozco porque lo he trabajado varios años.

El ejemplo de los presupuestos participativos es plausible, pero podemos ir más allá. Se trata de abarcar el grueso del presupuesto y someterlo a las propuestas y prioridades de los vecinos a través de las juntas de distrito. Les daremos más participación real y, ojo, también mayor responsabilidad.

Este consenso nos otorgaría además mucha más fuerza para reivindicar a otras administraciones los fondos necesarios para completar esas inversiones ya consensuadas. Exijamos lo que Alicante se merece en Valencia, Madrid y Bruselas desde la solidez de la unión de fuerzas.

Consejo Social. ¿Cuántas alicantinas y alicantinos conocen que estarían dispuestos a ofrecer sus servicios a su ciudad? Personas con experiencia y con ideas claras de ciudad son muy necesarias en estos momentos. Perfiles del ámbito cultural, académico, social, empresarial y político deben recibir el llamamiento municipal para sumar esfuerzos, volver a la primera fila y ayudarnos a todos. Impulsemos así el Consejo Social. Por cierto, son cargos no remunerados.

Fondo Cohesión Social. A las ciudades, hoy en día, se las mide con muchas referencias y datos económicos y estadísticas, pero las ciudades se definen por cómo tratan a sus miembros más desfavorecidos y ya no sólo en riesgo de exclusión social, sino inmersas en situaciones muy difíciles.

No les falta razón a muchos alcaldes y concejales denunciando las «competencias impropias», esto es, tener que asumir tareas que no corresponden. En la atención a los más desfavorecidos, familias y personas con menor o escasa renta, discapacidad, dependencia, etc., está nuestra escala de valores cívicos.

Se debe fijar un mínimo, un fondo de cohesión social municipal. Aunque no sea competencia exclusiva, hay que realizar ese esfuerzo básico de solidaridad. Que no se reduzca ni por la peor de las crisis, que sea un pacto de todos y ya dejaremos para después la burocracia, que sin duda también habrá que abordar.

Modelo productivo de ciudad

Dejemos claro que el Turismo es el gran reto. Que por ahí está nuestra principal oportunidad. Que ese es el modelo que hoy toca, el famoso modelo de ciudad del que siempre se habla.

De la mejor política turística saltan las oportunidades para nuestro comercio urbano, base indispensable de una ciudad viva. Repito: Comercio urbano. Como también aparecen para nuestra hostelería y sector hotelero y por tanto también para servicios fiscales, financieros, jurídicos, sanitarios, terciarios, de consultoría o formativos que ofrecen nuestras pymes, autónomos y profesionales liberales a la ciudad, a la provincia (ejerciendo una capitalidad «de hecho» también con servicios a industrias), y a nuestro creciente número de visitantes.

Es el Turismo y sus apellidos lo que nos hacen más capital, no como competencia a otros destinos, sino como más complementario con la gran provincia que tenemos. Debemos aprovechar la explosión de nuestro turismo gastronómico, de nuestro turismo de salud, de congresos (con la gran aportación de la OAMI) y a la vez de nuestro patrimonio cultural, nuestras playas, etc. En turismo, calidad y promoción.

¿Necesitamos algo más? Tenemos déficits históricos. Sí, creo ciertamente que la ciudad debe solucionar el debate sobre el palacio de congresos y coincido también con esos empresarios que piden un referente, un icono. Proyectos siempre sostenibles y viables.

Tan sólo apuntaré uno: la zona de la Volvo Ocean Race. Resolución urgente y permanente. De nuevo un Pacto de Ciudad, sin duda; con profesionalidad y sin improvisaciones. No es cuestión sólo de luces y conciertos. Y para acabar esta línea, aprovechemos todo lo anterior para crear una marca, nuestro particular «I Love NY». Que se nos reconozca.

Palacio, icono, Volvo y marca. ¿Y si los integramos en un mismo proyecto? Abramos el debate. Y sobre todo prioricemos los recursos y aprovechemos los ya existentes.

Acabo. Sé que me dejo cosas, muchas, como el eje Alicante-Elche, la mejora de nuestras comunicaciones (¿para cuándo la conexión AVE-Tram?), la importancia del deporte y sus instalaciones para todos los ciudadanos o la participación cívica a través de nuestras Fiestas y asociaciones. Y reitero que es la hora de priorizar, de buscar un gran acuerdo, un gran pacto político, social y económico que nos devuelva la autoestima con la fuerza de los hechos.

Abordemos los retos de ahora con la gran trascendencia que tienen. No improvisemos, ni juguemos con fuego. Podemos quemarnos.

Como dijo Borges: «Pudiera ser que pudiera, cómo decirle a la gente, con una pocas palabras, lo que pasa por mi mente» -cantado por Alberto Cortez se entiende aún mejor-. Espero haberlo conseguido.