Tras un par de días largos fuera del contorno y extraviado del mundanal ruido, me topo al volver con que el polifacético -en cuanto a cargos se refiere- Alfonso Rus ha anunciad0 que pondrá en marcha su Dipu TV para la que, según la contabilidad arbitrada, cuenta con 3,2 millones de euros. Qué alegría.
El que debe estar dando saltos es el presidente Fabra, después de oír a uno de sus clásicos - I love Beteta- recordar que es la Generalitat la que tiene la competencia para autorizar esta verdadera necesidad social impulsada por el alcalde de Xátiva puesto que, según el secretario de Estado de Administraciones Públicas, la dipu valenciana tiene margen de gasto. ¡Ah! Bueno, entonces, qué más da.
Esgrimiendo ese concepto tienen suerte de que al frente de la alicantina no esté el Ripoll de los buenos tiempos quien, después de todo lo que ha propulsado en ese mundo a lo largo de su historial, habría dicho «pues, nosotros no vamos a ser menos».
Rus, que ha advertido ignoro por qué que «no habrá manipulación», ha adelantado no obstante parte de la programación al asegurar que la parrilla andará exenta de fútbol y de fórmula 1. La verdad es que, con una producción propia de nivel, cuentan. El molt podría protagonizar Cuéntame con imágenes de fondo del encuentro entre Rita y Rajoy por los jardines de la Moncloa. Yo creo que, en ese papelón, sí que lo sacarían. La vista de Nóos, con la declaración ante el juez Castro de una quincena de testigos a propuesta de Alfonso Grau y dentro del espacio «Porque me da la gana», tendría su chare. Si se quiere hacer Comunidad, los derechos por la retransmisión del despegue del primer avión desde el aeropuerto de Castellón, seguro que a Mediapro le interesa. Y si el gordo de Navidad lo canta Carlos Fabra, sería un pelotazo. Otro.
