Alemana y polifacética. Canta en varios idiomas y defiende el arte revolucionario que contribuyó a romper resortes del conservadurismo. No le gusta el producto comercial de simple entretenimiento o de los artistas que no arriesgan. Es la cantante y compositora, entre otras tareas, Ute Lemper, a la que los no muy numerosos espectadores del coliseo alicantino vieron el martes promocionando su nuevo disco, Forever, que acoge algunos poemas de amor del poeta y diplomático chileno Pablo Neruda (Nobel en 1971). Más que románticos, son desgarradores, como pretende ofrecernos en esta actuación donde late el deseo de felicidad. Los juegos vocales y el dominio de los recursos brillan a gran altura. Pero existe un problema. Al interpretar en español no se le entiende casi nada. Esto significa que el espíritu del poemario de Neruda no nos llega. Afortunadamente, la poética musical de Ute Lemper se digiere muy bien con los sabores de la world music, del jazz, de la música clásica o del tango. La obra 20 poemas de amor y una canción desesperada se publicó en 1924 y es una de las piezas literarias más destacadas del s. XX en lengua española. En ella se perciben la sexualidad, el tiempo pasado, la tristeza, la melancolía al rememorar el amor perdido o la evocación de sentimientos mediante símbolos de la naturaleza. Aunque Pablo Neruda unió la belleza del arte y la política, Ute Lemper sólo quiso acoger esta clase de poesía en los temas musicales de su álbum. Acompañada por sus músicos, suenan La nuit dans l'île, Tus manos, El viento en la isla, El sueño, Siempre, Oda con un lamento, If you forget me... La sensibilidad y su seductora voz son indudables, y canta como una expresiva actriz. Interpreta, además, otras canciones con cabaretero y sensual estilo. Lili Marleen o Mackie Messer (Mackie el Navaja). La estrella alemana se suele soltar el pelo, rompe el corsé y despliega sus alas con explosiones de júbilo. O el popular tema de Edith Piaf, Non, je ne regrette rien. Pese al problema descrito anteriormente, obtuvo muchos aplausos.
