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Marc Llorente

Poderoso protagonista

Los textos del inmortal Shakespeare permiten libertad en las propuestas escénicas, sin perjuicio del contenido y de la calidad de un teatro abierto a muchas interpretaciones. No se requieren escenografías realistas y los temas siempre son motivo de inquietud. Como Otelo (1604), una de sus tragedias más representadas y una de esas piezas que estimulan la imaginación de quien pretende ponerla en pie. Se trata de administrar un lenguaje escénico a partir del valor verbal y de unas situaciones que encierran belleza plástica con la posibilidad del uso de diferentes técnicas interpretativas. La vigorosa expresión y la riqueza de imágenes, que entraña esta tragedia y otras suyas, quedan de manifiesto con sobriedad contemporánea en este montaje de la compañía Noviembre, que dirige con solvencia Eduardo Vasco.

La versión de Yolanda Pallín realiza una poda para quedarse con lo imprescindible y resaltar lo más palpitante. La afición conoce la historia del moro de Venecia, el general Otelo que estrangula a su mujer, Desdémona, una tierna Cristina Adua. La cuestión esencial consiste en un marido que asesina a su inocente esposa. Ya ven. Violencia de género y sumisión femenina. Daniel Albaladejo interpreta con poder el papel protagonista. Sobrio y contundente si se tercia. Pero sin solemnidades vacuas. Mata a su señora con cierto histerismo, no obstante, en busca de una potente situación, y no con la suavidad casi amorosa de otras versiones.

Entre otros eficaces intérpretes, Arturo Querejeta es el alférez Yago, el vengativo sembrador de vientos que despierta tempestades. O el pianista-criado, Ángel Galán, que toca notas de Schumann y Scriabin y resalta emociones. Al margen de la trama, los personajes y las escenas de Shakespeare, inspirándose en fuentes literarias, originan reflexiones sociales y psicológicas por las pasiones extremas y los conflictos más complejos y atemporales. El amor, los celos, el honor, la sospecha, la desconfianza y la venganza nutren el universo de la obra, al igual que en buena parte del teatro clásico.

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