Al sumarse el juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid, ya son 18 los magistrados que se han pronunciado en favor de que Jaume Matas cumpla su pena como cualquier otro delincuente. Ni un solo juez o fiscal se ha manifestado en sentido contrario. Pese a la opinión judicial abrumadora, el exministro de Aznar continúa en régimen de semilibertad en el centro penitenciario o balneario que abandonó como si fuera el dueño de la cárcel. No ha pisado la celda, ni ha mostrado el más mínimo rasgo de arrepentimiento por su desempeño de un cargo que requería «especial probidad», otra vez la Administración de Justicia.

El nuevo auto judicial condenatorio, de excelente factura y compromiso social inexcusable, abona paradójicamente la convicción de que la corrupción se castiga con cachetes veniales, que pueden ser infinitamente postergados así en Matas como en Pantoja. El ministro del PP y la tonadillera quedan emparentados como iconos de unos delitos que generan «especial rechazo». Los jueces reclaman firmeza ante el desistimiento de los gobernantes en la restauración de «la confianza en el Estado de Derecho», bastante chamuscada.

Matas anda muy suelto, y el Gobierno sigue maniatado tras la incineración de su director general de Instituciones Penitenciarias en defensa del corrupto. Aunque la simultaneidad no implique causalidad, resulta curioso que las prisas de Rajoy por liberar a quien fuera su compañero de gabinete coincidan con los interrogatorios de Anticorrupción a Villar Mir y Florentino Pérez, en el seno de la concesión del hospital balear de Son Espases que los propios miembros del Govern Matas han denunciado como corrupta.

Este escándalo concreto figura en la relación, detallada por el juez de vigilancia, de las causas abiertas contra el ministro de Aznar, y que determinan una «trayectoria con indicios bastante graves». El titular de Medio Ambiente durante la crisis del Prestige ha hundido el prestigio de un Ejecutivo estatal y otro balear. No descartemos que haga lo mismo por Rajoy. Eso sí, ha salido en el programa de Ana Rosa. Como la Pantoja.