Normalmente voy al cine porque me gusta y, aunque no soy un experto, disfruto con las buenas películas y las que no lo son tanto. El pasado viernes fui al cine a ver una película que viene precedida de variadas críticas. Mis expectativas eran muy elevadas, no en vano cuenta con el asesoramiento científico de Kip S. Thorne, coautor de uno los textos de referencia sobre Relatividad General, Gravitation, con el que muchas generaciones de físicos se han formado. Para mí toda una garantía en lo que a los aspectos científicos se refiere.

Un desastre ambiental en la Tierra, las cosechas se pierden, el polvo lo invade todo provocando problemas de salud, la concentración de nitrógeno en el aire aumenta, la vida para los seres humanos toca a su fin y la alternativa es todo un clásico de la ciencia-ficción, buscar otros planetas en donde pueda continuar la vida humana. Son muchas las causas por las que puede desaparecer la vida en la Tierra y los autores nos presentan un escenario que pudiendo ser plausible sorprende. Una humanidad con los recursos tecnológicos para viajar en el espacio interestelar en busca de planetas pero incapaz de afrontar los problemas ambientales de origen desconocido y ni una sola mención al cambio climático. También resulta curioso que permanezca un residuo secreto de la NASA pero no rastro de organización militar.

El protagonista principal, Cooper, ahora granjero, fue piloto de la NASA y tiene la misión de buscar otros planetas habitables sobre la base de los trabajos científicos desarrollados por el profesor Brand que busca el control de la gravedad y posibilitar a millones de seres humanos abandonar la Tierra y encontrar un nuevo hogar en otro planeta. En lo que al control de la gravedad se refiere, subyace la teoría del campo unificado, el santo grial de la Física Teórica, el reto de los físicos teóricos, un campo unificado capaz de describir las cuatro fuerzas de la naturaleza, electromagnética, nuclear débil, nuclear fuerte y gravitatoria, esa es la ecuación que trata de resolver el doctor Brand y por la que pide al protagonista cuando traspasa el horizonte de sucesos del agujero negro que le envíe los datos cruciales para reconciliar la gravedad con la teoría cuántica. La solución parece encontrarse en esa quinta dimensión que se propone al final de la película.

El aspecto del paisaje en el viaje interestelar parece correcto así como la rotación de la nave para conseguir una gravedad de valor similar a la terrestre y minimizar así los problemas que sufre el cuerpo humano en largos periodos de ingravidez. La hibernación como solución a largos viajes espaciales es todo un clásico y ya se práctica en algunos laboratorios, otra cosa es que hasta la fecha sin resultados de éxito pero con perspectivas de futuro y, por tanto, con un buen encaje en una película de ciencia ficción.

La presencia de un agujero de gusano permite conectar universos distintos y partes distintas de un mismo universo, como un atajo a través del espacio-tiempo. No existe ninguna evidencia sobre su existencia y son soluciones teóricas de las ecuaciones de la Relatividad General. Thorne es uno de los investigadores que ha trabajado en la posibilidad de utilizar agujeros de gusano para viajar en el tiempo. Más difícil de explicar es que la presencia de un agujero negro, sobre los que sí tenemos evidencias observacionales, no afecte a la órbita de Saturno y sus satélites, claro que el agujero negro está en «a otra parte» del agujero de gusano, es decir, en el otra parte del universo. La representación del agujero negro, su comportamiento, sus efectos relativistas, las conversaciones sobre los cálculos relativistas resultan de lo más interesante de la película, aunque difícil de comprender cómo la tripulación en su descenso al primer planeta experimenta una dilatación temporal de modo que 1 hora corresponde a 7 años para los habitantes de la Tierra y en cambio para el astronauta que permanece en la nave nodriza que se supone no muy lejana del planeta, prácticamente le ocurre lo mismo que a los de la Tierra.

Algunas frases que tuve oportunidad de anotar escapan a mi compresión: textualmente se dice que la estrella más cercana se encuentra a 1.000 años, supongo que se refiere a la posibilidad de viajar a velocidades compatibles con la distancia a las estrellas más cercanas que se encuentran a unos 4 años-luz. Entiendo que con la tecnología de que disponen son capaces de viajar hasta Sasturno pero no de viajar a otros planetas fuera del Sistema Solar de los que se han descubierto más de un millar y alguno parecido a la Tierra a unos 500 años-luz y, con toda probabilidad, para cuando se plantea la época de la película muchos más candidatos a ser planetas habitables.

Las últimas escenas de la película evocan las de una de las clásicas de la ciencia-ficción, 2001 una odisea del espacio, que para mí sigue siendo la mejor que he tenido oportunidad de ver. Mis expectativas no se han cumplido plenamente. A la película le sobran muchos minutos, algunos actores no están a la altura o el guión no ha sido muy acertado, pero a quien le guste el cine de ciencia-ficción se la recomiendo, yo la pienso volver a ver.