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Manolo Alarcón

Tribuna

M. Alarcón

Orihuela o la gestión espectacular

El Ayuntamiento de Orihuela gestionará en 2015 los impuestos que pagan sus vecinos en base a un presupuesto que se aprobó hace tres años, en 2012, sin que a ni uno de los concejales del equipo de gobierno le dé el más mínimo empacho en reconocer que esto será así para evitar que la oposición se los enmiende. Consecuentemente con ello habrá que preguntarse: ¿Proyectos?, cero; ¿inversiones?, cero; ¿mejoras? cero; ¿qué van a vender como gestión aquellos que quieren repetir cargo en el Palacio del Marqués de Arneva? Cero. Y si uno echa la vista atrás, a aquella foto de 2011 cuasihistórica que se tomó el 22-M de un triunvirato (Los Verdes, PSOE y CLr-Claro) en la Alcaldía tras perder el Partido Popular la mayoría, también se da cuenta que no queda nada. Queda cero. Antonia Moreno, se hizo el harakiri el día que dimitió, en diciembre de 2013, y las consecuencias las ha pagado Ana Mas perdiendo las Primarias del PSOE, unas elecciones que, como tantas cosas en Orihuela, han servido para saldar deudas pendientes más que para sentar las bases del futuro desde la coherencia de un partido que, aunque parezca increíble a estas alturas, parece inmaduro y caprichoso o, quizá lo que sería peor, no tiene nada más que ofrecer que una aspirante sin fondo político más que para decir aquello que le escriben en los plenos.

Monserrate Guillén lleva aparcado cuatro meses de la vida política por un infarto y sus salidas, en procesiones o en coche oficial estando de baja, muestran a las claras que del cargo solo parece que le interesa a estas alturas los pequeños sorbos del placer, y mientras su partido, Los Verdes, como ya escribí, lleva camino de desaparecer porque ni seguirá quien debería ser su relevo natural, Manuel Gallud, o al menos eso es lo que él cuenta, porque está superado por las dificultades que entraña no sólo gobernar... regular sino hacerlo tragándose los sapos de sus socios día tras día teniendo que callar no sé bien por qué y quejándose por lo bajini. Y Pedro Mancebo hace 22 meses que es oposición, algo que hace bastante mejor que gobernar, y de la mano de Mónica Lorente, la misma a la que denigró y a la que se sujeta él y Juan Ignacio López-Bas, la cabeza mejor amueblada de esta legislatura -junto a la de la todopoderosa asesora Fanny Serrano- y al que le valdría eso del Cantar del Mío Cid: ¡que buen vasallo sería si tuviese buen señor!.

Una frase muy acuñada estos días en Orihuela y en tantos otros sitios es que Podemos es una enfermedad de este país que hay que pasar. Y quizá eso, pasar una enfermedad, es lo que ha ocurrido esta legislatura aquí porque algunos de los políticos de más discurso estando en la oposición que tenía la ciudad: Moreno, Mas, Gallud, Culiáñez, Guillén o Mancebo han sido incapaces no ya de hacerlo bien o al menos distinto, sino de ser coherentes con los planteamientos que tan fácilmente veían cuando eran oposición. Y lo peor que le queda a este tripartido, ahora reconvertido en bipartito, son estos seis meses esperando que los contratos de los chiringuitos o del servicio de salvamento y socorrismo, investigados en los juzgados, o las facturas sobre por qué se paga desde las arcas públicas el informe que ha servido para mantener a Guillén y a todos en el cargo, no acabe con alguno que se cree con futuro político como imputado.

El otro día alguien me preguntó cómo está Orihuela y no supe qué responder porque parece que cualquier solución que se le quiera poner a esta ciudad pasará por el PP y éste, a seis meses vista de las elecciones, dice que tiene cosas más importantes en qué pensar, aunque todos los que están ahora saldrán por la puerta de atrás y en silencio si a Lorente se le da una salida digna. Y mientras, ni la misma izquierda se cree que pueda ganar y espera casi que llegue un mirlo blanco por la derecha que les justifique la derrota sin que nadie tenga que echarle las culpas de haber acabado en la fosa que ellos mismos, políticamente, han cavado estos tres largos años porque, como alguien dijo no hace mucho, la gestión en esta legislatura ha sido algo... espectacular.

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