El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, ha desperdiciado en su comparecencia pública la oportunidad de demostrar que realmente le han calumniado cuando afirman que pagó con dinero público 32 viajes privados a Canarias durante año y medio aprovechando su condición de senador, y que éstos viajan gratis por España sin control alguno. Monago, el adalid desde hace meses contra la corrupción en el PP, su partido, debería haber entregado copia de los extractos bancarios donde, de haber realizado él los pagos, quedaría constancia que el dinero salió de su bolsillo. Es bien sencillo, pero no lo hizo, prefiere contraatacar con el discurso del mártir, al más puro estilo Chávez. Nos habla de una confabulación, que le persiguen por querer limpiar la parva en su partido, amenaza con querellas judiciales y descarta dimitir porque si no, quién trabajaría por Extremadura y el país. En fin, todo lo que venimos oyendo desde hace meses de cuantos han sido pillados en falta. Monago, con ese discurso, ha caído. Debería hacernos a todos el favor de marcharse a su casa.