A estas alturas de la vida, hay pocas cosas y personas que te sorprendan. Afortunadamente, Antonio Gil Olcina, el profesor, es una honrosa excepción de la que puede disfrutar toda la sociedad alicantina. Este lorquino de cuna ha hecho de la Geografía una ciencia de primer orden en la Universidad de Alicante y sus estudios han sentado toda una base firme y sólida. En su año jubilar, los alicantinos y todas las personas que hemos podido conocerle le valoramos sobre manera por su magnífica memoria, por su dominio en esta y otras materias y por su generosidad. Asomarnos a la figura de Don Antonio es un viaje interesante, al tiempo que una experiencia enriquecedora, porque significa hablar de la creación de la Universidad de Alicante y del mapa hidrológico de nuestro país con una pormenorizada y milimetrada exactitud. Personifica a la perfección la importancia que tiene en la vida tanto saber como hacerlo saber. Su querencia hacia el conocimiento, hacia la cultura, hacia la mejora del ser humano le valen y le honran. La UA le rinde un justo homenaje al que me sumo modestamente en nombre de muchas personas que le seguimos escuchando con toda nuestra atención. Gracias profesor por sus enseñanzas. Gracias por seguir.
