La línea que divide el éxito del fracaso en la carrera del deportista es muy fina. Saber lidiar con ello y aprender a valorar según qué logros es la clave para poder superar los malos momentos. El estrés afecta negativamente al rendimiento en el deporte. El control de las emociones tiene un papel fundamental en la mejora del rendimiento. Una respuesta de estrés, una sensación de frustración tras haber sufrido varios fracasos pueden generar más errores en la práctica y llevarnos incluso al abandono.

Es el difícil trance en que está inmerso Nico Terol. Para él, a fecha de hoy, es un suplicio el afrontar cada carrera. Es una lucha constante, un querer y no poder. Debe ser duro enfrentarte a unas circunstancias a las que de momento ni sabes ni puedes poner remedio y más cuando eres consciente que estás más que capacitado para superar el bache que estás atravesando. La calidad de Nico no puede, ni debe, ser puesta en entredicho y más en un día en que Marc Márquez se ha consagrado como uno de los pilotos más grandes de la historia. Pues bien, no hace mucho tiempo -en 2010- Terol le disputó al catalán el mundial hasta la última carrera y logró ganarle en los circuitos de Qatar, República Checa e Indianápolis (EE UU). Ese año fueron tres los pilotos que lucharon por el campeonato de 125 cc, los dos citados más Pol Espargaró.

Las comparaciones siempre son odiosas, y más en este caso, pero si comparamos cual ha sido la evolución de la trayectoria deportiva de los tres pilotos, encontramos una diferencia abismal entre la de los dos catalanes y la del alcoyano. Marc y Pol son valores al alza y ambos están por meritos propios entre los más grandes -Marc el más grande- de motogp y en cambio Nico está arrastrándose como alma en pena en la cola del pelotón de moto2 y a punto de abandonar por la puerta de atrás el Campeonato del Mundo de Motociclismo. Y es una pena que todo un campeón mundial se encuentre en esta situación y más si se tiene calidad como piloto para no encontrase inmerso en esta tesitura. Nivel de pilotaje tiene más que suficiente para medirse con los mejores y estar entre ellos, pero por desgracia las carreras no se corren solo en la pista, sino también en los despachos y quienes se han encargado de gestionar su carrera deportiva no han estado al nivel mínimo exigible para un piloto de sus cualidades.

Lo mejor para todos es que la temporada acabe cuanto antes.