No deja de sorprendernos la Conselleria de Educación. Desde que empezó el curso escolar las noticias que llegan relacionadas con el mundo educativo, producen un cierto desasosiego. Intento reprimirme de dar mi opinión, estoy jubilada. Pero me disgustan. Así que, con motivo del pasado día del docente, escribo estas líneas para recordarle a la Conselleria el esfuerzo que nos ha costado llegar hasta aquí.

No sé lo que piensan las autoridades educativas. En vez de mimar y proteger a los que hacen posible «el milagro» de estar cada día en el centro, cuidando y procurando que todo funcione. Hacen que el día a día sea una carrera de obstáculos. No me voy a referir al caótico comienzo de curso. Ya se ha dicho mucho por las personas que lo han sufrido. Espero que la consellera de Educación y su equipo se hayan dado cuenta de que «no por mucho madrugar, amanece más temprano». ¡Cuán sabio es el refranero español! Y que sepan rectificar para el curso próximo. La organización de los centros es un trabajo minucioso y todo esfuerzo es poco para que todo funcione. No se puede improvisar.

A los pocos días, concretamente el día 23 de septiembre, en el diario INFORMACIÓN aparece una noticia que me deja boquiabierta: Educación deja de dar francés en el Bachillerato por falta de profesorado. El año pasado desapareció en la Enseñanza Primaria y este año en Secundaria. ¿Qué está pasando?

Casi 40 años de experiencia en la enseñanza de Francés creo que me permiten decirle a la consellera de Educación que los profesores de Francés hemos dado asignaturas afines y no tan afines. Hemos ocupado cargos directivos. Pocos claustros de profesores no contaban en el equipo directivo con alguien de Francés. Nos hemos ido reciclando y total para desaparecer. ¿Qué hemos hecho?

Me viene a la memoria cómo y cuántos años nos ha costado que se introdujera el segundo idioma extranjero dentro del horario escolar. Primero, fuera del horario, poco a poco como optativa. Esto ha permitido que el alumnado al acabar el Bachillerato conociera dos idiomas extranjeros. Ha sido un complemento a sus estudios posteriores. Han podido tener más oportunidades para acceder a puestos de trabajo, becas, etcétera. Lo constatamos cuando antiguos alumnos nos cuentan que el aprendizaje de otro idioma les ha abierto otras posibilidades.

Como la edad no perdona, recuerdo con nitidez cómo hace años, algunos profesores de español en Francia nos decían que, para poder tener alumnos, iban de casa en casa contando maravillas de las ventajas de aprender español.

Y de repente, pienso ¿qué nos parecería si se suprimiera la enseñanza del español en Francia? No sé si el Ministerio de Asuntos Exteriores conoce la supresión de la enseñanza de Francés en esta Comunidad. Imagino que podríamos llegar a tener algún conflicto diplomático, ya que desde hace años existen acuerdos de colaboración entre el gobierno francés y el español sobre programas educativos, lingüísticos y culturales en los centros escolares de los dos Estados.

Lo más grave es que ¡se incumplen tantas cosas! En el caso que nos ocupa, según el estudio Análisis de los programas de Enseñanza bilingüe en las comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana reguló para el curso escolar 2009-10 un programa plurilingüe para ESO, Bachillerato y FP en el que se especifica que «con este programa se pretende dar opción al alumnado que elige la segunda lengua extranjera como materia optativa, de recibir contenidos en esa lengua en años sucesivos».

Así las cosas, poca opción para la lengua francesa. Ni en Primaria la ofertan y en Secundaria la dejan de dar. Me pregunto ¿qué ha pasado con el profesorado?, ¿qué tareas le han asignado?, ¿cómo es posible que no haya profesores de Francés?

En algunos centros, los alumnos que en Primaria elegían como primer idioma, Francés, en Secundaria se les ofrecía la opción de elegir el Inglés como segunda lengua. La mayoría de estos alumnos procedía de centros de Primaria de línea en valenciano. Nunca un problema.

Sin embargo, lo que me alentó a escribir estas líneas es la noticia publicada en este mismo medio el día 3 de octubre: 16 horas de cola y dormir en la calle para saber idiomas. Colas en la Escuela de Idiomas. Una alumna estuvo desde las 4 de la tarde haciendo cola para matricularse al día siguiente de un idioma. ¿De cuál? Lo han adivinado: de primero de Francés. Me emocionó. Desde estas líneas le deseo lo mejor. Se lo merece. Asombroso. ¡Qué coraje! Aunque me pregunto si no le parece a la Conselleria un poco excesivo pasarse la noche en una cola para poder matricularse en un centro público. No he oído ninguna explicación ni disculpa de las autoridades educativas.

Tomo prestado el título Ne me quitte pas de una canción de Jacques Brel, que cualquier lector seguro que entiende su significado.

Estaría bien recordar que Francia es la primera compradora de productos españoles. Sería ridículo que dos países cuyas lenguas tienen la misma raíz latina y, aún más, estando en esta zona valenciano hablante, se tuviera que recurrir al inglés para comunicarse. O, mucho más exótico, al chino mandarín, que tanto le gusta a nuestras autoridades educativas.