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Francisco Esquivel

Tocando fondo

egún las conclusiones de un estudio capitaneado por Stelios Katsanevakis, al frente de un equipo perteneciente a un centro de investigación italiano, el Mediterráneo está sufriendo la mayor invasión biológica que tiene lugar en la actualidad. La revista científica Marine Science recoge que esos «peces, algas e invertebrados que invaden los ecosistemas del mar que compone nuestra costa están alterando el delicado equilibrio que mantienen los organismos autóctonos con su entorno». Desarrollado por la Comisión Europea, los especialistas han contado con una nueva herramienta a su alcance para determinar cómo estas especies exóticas han cambiado la biodiversidad existente. Al parecer, el transporte marítimo, la acuicultura y la apertura de canales como el de Suez están en el origen de la invasión de cerca de mil especies que a este paso pueden dejar el fondo marino hecho un zorros. «Nos hemos encontrado -advierte Katsanevakis- una composición de las comunidades marítimas que antes solo estaban en función del clima, el ambiente y las barreras oceanográficas y que ahora dependen en gran medida de las actividades humanas». Uno de los mayores azotes que sufre la cuenca procede de los peces del género Siganus -el luridus y el rivulatus, sobre todo-, animales herbívoros procedentes del Índico que han arrasado literalmente los fondos de las costas orientales. Otros expertos temen que el avance de esta plaga pueda afectar en un futuro no muy lejano a la industria turística. «La sociedad no toma conciencia -apuntan los estudiosos- porque es un problema oculto bajo el mar, pero es muy grave. Por el efecto del Siganus ya no tiene sentido ir a bucear a determinados destinos puesto que la roca aparece pelada». ¡Uy! Pues, mira. Ha quedado a juego con lo que han dejado en tierra otros bichos.

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