El pasado martes día 30 se celebró en el Ayuntamiento de Alicante un pleno ordinario, bronco, tenso y representativo de la situación por la que está pasando el Ayuntamiento, en el que resaltó la insolencia y altanería de la alcaldesa ante la petición de su dimisión por todos los grupos de la oposición. Se añadió a esta última petición, las manifestaciones por parte de un nutrido grupo de personas que, fuera y dentro del Ayuntamiento, solicitaron igualmente su dimisión.

Su actitud sectaria se puso de manifiesto eliminando del orden del día del Pleno una moción del grupo socialista en la que solicitábamos su recusación para todos los asuntos que la relacionasen con contratos o actividades de las empresas del señor Ortiz con el Ayuntamiento. Es la primera vez en esta legislatura que se retira una iniciativa de un grupo de la oposición del pleno, truncando la dinámica flexible que ha imperado en la junta de portavoces hasta ahora. Era un signo premonitorio de lo que iba a pasar en esta sesión plenaria.

Se le recordó en el pleno a la señora alcaldesa que es acumuladora de cinco presuntos delitos en dos procesos judiciales que afectan al PGOU y al plan parcial de las Lagunas de Rabasa. Que su situación personal con la Justicia ha abocado a este Ayuntamiento a una parálisis, desorientación y desconcierto totales, situación que comparten, no solamente los grupos de la oposición, sino empresarios, comerciantes, sindicatos y amplios sectores de los colectivos ciudadanos de Alicante y que, por todo ello, la situación en el Ayuntamiento es insostenible. Somos portada habitual de noticiarios de televisiones por los temas de presunta corrupción, con el daño colateral que eso supone, y no por el desarrollo de proyectos importantes para Alicante.

Desde el grupo socialista es la tercera vez que pedimos su dimisión, una vez imputada por otros dos presuntos delitos por el Plan Rabasa, a pesar de que no nos gusta meter el dedo en el ojo ni hacer leña del árbol caído, en este caso cayéndose, ni entendemos la oposición como un mecanismo repetitivo y obsesivo de petición de su dimisión. Representamos a un partido responsable que ha gobernado el país, que gobierna autonomías y ayuntamientos y que volverá a gobernar el Ayuntamiento de Alicante. No somos partidarios de la oposición vociferante que pide la condonación de la deuda o que se posiciona en contra de la llegada del AVE a Alicante.

Pero llegados a esta situación, la alcaldesa debe reflexionar y entender que debe asumir sus responsabilidades políticas, que siempre deben ir por delante de las penales en caso de que las hubiere, y no enchufar el ventilador para intentar salpicar a la oposición con falsas insinuaciones. No debe esperar a los fallos judiciales para presentar su dimisión porque no puede seguir perjudicando los intereses de la ciudad.

Deje de enrocarse, señora alcaldesa, abra la partida, dimita y permita seguir el juego con otra reina u otro rey.