Como si del día de la marmota se tratara, los presupuestos del Ministerio de Fomento para el próximo año han vuelto a suponer un jarro de agua fría para las aspiraciones de la línea ferroviaria Alcoy-Xàtiva de adaptarse a los tiempos que corren. Este trazado ferroviario, que en las condiciones adecuadas actuaría como un imprescindible elemento vertebrador de las comarcas centrales valencianas, ya hace mucho tiempo que está abandonado a su suerte, y ni este Gobierno ni los anteriores han tenido la valentía de asumir el coste político que supondría declarar su cierre. La alternativa está consistiendo en una lenta agonía dirigida a matar al enfermo por inanición.