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Isabel Vicente

Salvapatrias

Marine Le Pen es la única mujer que tiene un par de cojones». ¡Toma ya! Con esta frasecita se ha despachado la actriz Brigitte Bardot en una entrevista en su 80 cumpleaños para mostrar su admiración hacia la líder de la extrema derecha francesa a la que B.B. considera «la Juana de Arco del siglo XXI» y la única que puede salvar a Francia. Ya en otras ocasiones la actriz ha mostrado su opinión sobre el panorama político galo. Sarkozy «me da asco», Hollande «es un blandengue», y ambos son «dos títeres» en comparación con la presidenta del Frente Nacional, «una mujer admirable que nos propone cosas perfectas» para sacar a Francia del «prostíbulo» en que se encuentra. Por Dios, vaya desparrame. Esta mujer se crece con la edad.

¿Y cómo se supone que, si se cumplen los deseos de la Bardot, va a salvar Marine Le Pen a Francia? Poco nuevo por esta banda. La líder ultraderechista cuyo partido fue el más votado del país en las recientes elecciones europeas, aboga por la fórmula mágica en tiempos de crisis para conseguir votos: nacionalismo, antieuropeísmo y xenofobia. ¿Les suena? Otros ya aplicaron esta receta el siglo pasado y no acabaron muy bien, pero montaron dos bien gordas en Europa. Marine Le Pen quiere «destruir la Unión Europea», -como entidad, espero- porque «es profundamente dañina, un monstruo antidemocrático» que le lleva a querer que los franceses «recuperen el control de su propio país». Por supuesto, se opone al matrimonio homosexual, considera que en Francia no hay libertad de prensa porque «el 99% de los periodistas son izquierdistas» y, aunque con la boca pequeña censuró unas declaraciones de su padre Jean-Marie, quien en una muestra de diarrea verbal dijo hace unos meses que «el señor Ébola puede solucionar el problema de la inmigración en tres meses», afirma sin matices que «ya no hay sitio para los inmigrantes en Europa». Control en las fronteras, y todos para África. Asegura la líder del Frente Nacional que «Francia ha caído en el salvajismo», y apela a los más bajos instintos de sus compatriotas afirmando que «la inmigración ha acrecentado de manera considerable la inseguridad en nuestro país». En fin, lo normal en su espectro político. Hay que reconocer, eso sí, que no se anda con chiquitas, lo que hace a Brigitte Bardot y a millones de franceses como ella, considerar que están ante una mujer con un par. Lo malo es que con solo echar un vistazo a la historia sabe uno de lo que son capaces los líderes con cojones cuyo objetivo es salvar a la patria. Y dan mucho, mucho miedo.

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