El crédito
Teatro Principal de Alicante
De Jordi Galcerán. Reparto: Carlos Hipólito y Luis Merlo. Dirección: Gerardo Vera.
sta tarde volverá Antonio Vicente a solicitar un préstamo de 3.000 euros a Gregorio en la sucursal bancaria que éste dirige. Y continuará negándoselos porque es insolvente. Así funciona este mundo económico y financiero. El autor barcelonés, sin embargo, no pone el énfasis en estas cuestiones, sino en la vulnerabilidad humana que puede afectar a todos. El hombre en crisis no está dispuesto a asumirlo y recurre al chantaje para que el firme banquero se los conceda. La inverosímil amenaza desencadena una catástrofe con chispas cómicas en las sucesivas escenas distribuidas en varios y fluidos cuadros. En el mismo y ligero espacio escénico. No se debe revelar en qué consiste el asunto. Deberán descubrir las sorpresas acudiendo al Principal de Alicante si no han visto esta comedia de Jordi Galcerán, el autor contemporáneo más comercial y prolífico de los últimos años. Logró la fórmula del éxito, provista de temáticas actuales como punto de arranque, y la exprime en cada nuevo trabajo con la renovación de algunos recursos de la tradicional comedia española. El crédito resulta poco creíble en cierto modo, pero se esfuerza para que el diálogo, los monólogos y las situaciones adquieran credibilidad. Siempre buscando la risa del numeroso público hasta el desenlace. A ello se suman los actores Carlos Hipólito y Luis Merlo dirigidos con la veteranía de Gerardo Vera. En su papel de director del banco, el primero, especialmente, maneja ese tono de sinceridad y frescura que siempre administra en cada labor. Condiciones muy naturales y no exentas del debido control que Hipólito exhibe con mucha eficacia. Merlo se sube al carro y vuelve a ofrecer seguridad y desenvoltura con sus trazas de comediante. A los dos se les aplaude en momentos con más burbujas muy bien dosificadas por Galcerán, así como los contratiempos y el enredo transcurren con la precisión impuesta por los intérpretes y el director. Los golpes de efecto saltan de la chistera a base de trucos que funcionan. El humillado humilla y el triunfador puede ser el perdedor. Con respecto al vídeo sobre ciertas cosas más allá del escenario, permite muchas más posibilidades.
