La primera semana a caballo entre el final del verano y el comienzo del otoño ha revelado dos datos significados para el sector turístico, el motor que mueve el 14% del PIB y mantiene 300.000 empleos al año en la Costa Blanca. El primero: el jueves se abre el Race Village de la Volvo, la oficiosa Vuelta al Mundo a Vela, que va a provocar, si el Ayuntamiento no se ha pasado con las cifras, un impacto económico de alrededor de cien millones de euros y mil puestos de trabajo en poco menos de un mes, la mayoría en la comarca de l´Alacantí y el municipio de Alicante, pero también en localidades como Benidorm y La Vila.
El segundo: los cambios a la hora de planificar las vacaciones, y esta tormenta económica que no acaba de despejar, han provocado que el tiempo medio de unas vacaciones en los hoteles (más de 300 ) en la provincia haya caído por debajo de los cuatro días, a muchísimos veranos ya de los diez/quince días que contrababan los turistas extranjeros y muchas familias españolas. Dos datos que invitan a una reflexión y obligan a que empresarios y sobre todo la Adminstración, aquella que nos cobra impuestos para después reinvertirlos en nuestro beneficios, se sienten a pensar y coordinar las acciones para aprovechar ambas coyunturas. La ecuación es fácil. En Alicante y en Benidorm, por citar dos ciudades turísticas clave en la provincia, se ha demostrado que, al margen del sol y la playa, cuando pasan cosas, la economía se mueve. Volvo, Low Cost Festival.. son ejemplos claro.
Aprovechémos esta coyuntura. Los turistas recortan su estancia porque quieren viajar más veces durante todo el año. Pues hagamos que las ciudades de la provincia sean atractivas todo el año. Da igual que la habitación la ocupe una pareja quince días, que la misma habitación sea utilizada por cuatro parejas en dicho periodo. Lo importante es que no esté vacía y para ello se necesita calidad, buen servicio y, ahora mismo, muchas neuronas.
