De los creadores de «aeropuertos sin aviones» llega ahora «campus universitarios imaginarios». El gobierno valenciano nos tiene últimamente acostumbrados a proyectos inconclusos, inútiles o directamente ruinosos como el ejemplo de Ciudad de la Luz. Lo que les voy a contar a continuación, es un claro ejemplo. Seguro que les suena el proyecto de la UCAM (Universidad Católica de Murcia) en el campus de Sant Joan. Todo empieza cuando el Consistorio, tocado por ese irrefrenable deseo de abrir universidades privadas por doquier, adquiere por 4,5 millones de euros la Residencia de Tiempo Libre a la GV. Tal cantidad se perdonaba si la Fundación de San Antonio inyectaba ese dinero para la reforma de los institutos públicos de Sant Joan. Pero las partes no han cumplido sus promesas. Por un lado, la Generalitat no ha aprobado en las cortes la Ley de reconocimiento de Universidades, aplazada sine die; por otro y como era de prever, la UCAM se niega a pagar los 4,5 millones de euros puesto que, de momento, no puede instalar su campus en el municipio. ¿Qué ha pasado se preguntarán ustedes? Pues muy sencillo, una vez más la contestación ciudadana ha prevalecido sobre los intereses económicos de negocios privados y sobre la ceguera de un Consell que sólo atiende a éstos, incumpliendo su misión que consiste en garantizar una formación de calidad donde no se dupliquen titulaciones, donde se garanticen mínimamente las salidas profesionales de los y las egresadas, donde las universidades privadas pueden tener cabida pero nunca si duplican la oferta ya existente en las universidades públicas circundantes. Todo esto, que parece evidente, tuvieron que repetirlo, escribirlo, gritarlo, explicarlo de manera agotadora los Rectores de las Universidades públicas valencianas, los diferentes grupos de la oposición, las organizaciones sindicales, los profesionales de las titulaciones afectadas, docentes,?. Todos advertían de los peligros de la burbuja universitaria, de los peligros de crear universidades privadas de manera incontrolada, sin un mapa de titulaciones. Recordemos que la UCAM pretendía implantar un campus en Sant Joan con titulaciones que ya se imparten tanto en la UA como en la UMH. Así lo expresaba, en este mismo periódico (Información 19/02/2014), el Presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante respecto a la creación de la universidad privada del Campello y cuyo razonamiento es válido para este caso: «Los poderes públicos no deben permitir que la elevada demanda formativa de muchos jóvenes causada por la escasez de trabajo sea aprovechada con meros criterios de negocio por la iniciativa privada, amagándoles interesadamente el incierto futuro profesional que se les avecina. No hablamos del riesgo de una sobreproducción de calcetines o lámparas. La materia prima de la educación son las personas y se juega con sus expectativas de futuro». También se jugó con las expectativas de un municipio al que se le hizo creer que el nuevo campus crearía empleo.

Y ahora abordamos las consecuencias que el «frustrado» proyecto ha tenido. ¿Qué desarrollo económico ha traído para los habitantes del municipio que ni van a estudiar allí, ni van a trabajar allí, ni tampoco van a impartir clases en un campus que, a día de hoy, no existe? De momento, una deuda de partida de 4,5 millones de euros en los presupuestos de 2015. Sant Joan se ha quedado sin Residencia de tiempo libre, una residencia que, en otro tiempo, permitía por ejemplo, que los niños y niñas disfrutaran de una piscina municipal. Ahora, el Ayuntamiento proyecta la construcción de una. Sin Residencia -sólo se pueden admirar sus ruinas-, sin campus -vendido de forma ilusoria cual maná-, nos quedan las siglas porque la UCAM se ha instalado, eso sí, en el Polideportivo de Sant Joan luciendo logo en solitario en todas las equipaciones deportivas. Todos los equipos municipales y federados lucen el logo de una universidad inexistente e incluso se plantea la suscripción de un abono para poder asistir a los partidos de su Club de fútbol; un club albergado por el polideportivo municipal y que juega en un campo que no es propiedad privada que yo sepa.

Este partido, iniciado hace año y medio y con parte de la grada en contra, se ha jugado mal y al final la UCAM le ha metido un gol al municipio. No ha cumplido su promesa porque lo que pretendía era un negocio y una competencia desleal pero ya tiene a todo un municipio haciéndole publicidad. Me temo que la UCAM se instalará tarde o temprano en la provincia de Alicante -hay muchos intereses económicos que no académicos de por medio-, lo que no está claro es que finalmente lo haga en Sant Joan. Mientras, existen muchas posibilidades de que la ciudadanía pague los platos rotos de esta mala gestión y termine asumiendo la deuda con sus impuestos municipales. He aquí las consecuencias de una foto, ¿la recuerdan?, que simboliza un ejemplo más de precipitación, intereses empresariales y sordera de su consistorio.