Algunas personas no querían que jugase, pero lo hice y no pasó nada. Estaba con un poquito de miedo porque era el primer partido después de tres semanas, pero no sentí ninguna molestia. Los próximos partidos estaré perfecto». El 23 de abril, después de jugar los 90 minutos de ida de la semifinal de la Liga de Campeones frente al Bayern Múnich, Cristiano Ronaldo disparaba contra los servicios médicos del Real Madrid, sin citarlos. Una semana después también estuvo en el Allianz Arena, donde contribuyó con dos goles al 0-4 que confirmó al conjunto blanco en la final de Lisboa, pero desde ese momento hasta final de temporada, incluido el Mundial de Brasil, el portugués no volvió a ser el mismo. Teóricamente, Ronaldo regresó de las vacaciones a tope, pero hace una semana sus problemas físicos reaparecieron y, ante el silencio del club, se disparan los rumores sobre el origen.
Después de referirse a sus achaques entre enero y julio como problemas musculares, la incorporación a la selección portuguesa sirvió para descubrir que Cristiano Ronaldo había jugado muchos partidos con el tendón rotuliano de su rodilla inflamado. El delantero, empeñado en no parar para seguir acumulando galardones individuales y colectivos, llegó a enfrentarse a los médicos del club. Pese a su empeño, se perdió partidos clave de la temporada, como el de vuelta en los cuartos de final de la Champions frente al Borussia Dortmund o la final de la Copa del Rey contra el Barcelona.
Cristiano Ronaldo quiso dar la sensación de tener controlado el problema, pero la semana pasada reconoció que entre la primavera y el verano llegó a poner en peligro su carrera deportiva al competir en malas condiciones. Las lesiones del tendón rotuliano son peligrosas, como puede constatar otro Ronaldo, Nazario de Lima, que se lo rompió en dos ocasiones en su etapa en Italia, jugando con el Inter de Milán.
Durante la pasada temporada, tanto Carlo Ancelotti como el seleccionador portugués, Paulo Bento, siempre quitaron importancia a las lesiones del delantero. Algo ha cambiado ahora, ya que en apenas dos días Ronaldo quedó excluido de la lista de Portugal para los dos próximos partidos y Ancelotti lo dejó fuera de la convocatoria para el partido de Anoeta. Eso sí, el técnico madridista volvió a calmar los ánimos: «Está bien, pero hemos preferido utilizar esta semana y las dos próximas para recuperarle totalmente y ponerle en una condición óptima para preparar el partido contra el Atlético de Madrid y el primero de Liga de Campeones».
Ese mismo día, una información del diario As daba una vuelta de tuerca al misterio del portugués. Según la misma, los problemas físicos de Ronaldo son consecuencia del pinzamiento en una vértebra que provoca una molestia en el nervio ciático, que se acaba reflejando en el bíceps femoral. Las molestias se reprodujeron tras un golpe en el partido de ida frente al Atlético de Madrid, por lo que fue sustituido en el descanso. También se quedó en el banquillo en el primer tiempo de la vuelta en el Manzanares y pareció jugar disminuido los 90 minutos ante el Córdoba.
Más que pinzamiento, un especialista en Medicina Deportiva que prefiere mantener el anonimato, considera factible que el dolor proceda de la compresión del nervio ciático, lo que nos llevaría a una protusión discal. Aunque probablemente se esté tratando con infiltraciones y ejercicios específicos, Cristiano Ronaldo está muy expuesto a recaídas por la alta probabilidad de sufrir traumatismos.
