El documental Next Goal Wins, estrenado meses atrás en Estados Unidos, fue recibido con entusiasmo en diversos festivales. Cuenta la historia del considerado peor equipo del mundo desde que en 2001 Australia le endosase un 31-0. Teniendo en cuenta que no estamos hablando de rugby y que había sido incapaz de ganar un partido, lo que le quedaba a la selección de Samoa Americana para borrar durante la clasificación del pasado Mundial de Brasil aquella afrenta se aventuraba más complicado incluso que esperar coherencia de Florentino en el trasiego de su star system. Bueno, por ahí debe andar. El caso es que un holandés llamado Thomas Rongen, que dijo formar parte del Ajax de los 70, fue el primero, y no sé si el único, en contestar al ofrecimiento de las islas volcánicas -encima- del Pacífico sur. La primera reacción de la mujer fue espetarle «¿¡Estás loco!?». Mi religión me prohíbe contarles el resto, pero no desvelarles que la historia resulta conmovedora. Como también lo empieza a ser la de la flota de aviones oficiales del país que gana la Champions y la Europa ligui y cuya selección tiene una estrella, más varios entorchados continentales. Bien, pues el que transportaba al titular -como Casillas- de Exteriores a Samoa sufrió su segunda avería en dos días por «una falta de potencia en el motor derecho» según el piloto, es de suponer que en referencia al aparato. Pese a tratarse del séptimo percance en nada, el mandamás de Defensa ha asegurado que es un asunto «mediático, pero con fondo técnico poco consistente». También ha confirmado que le presentó a Rajoy un plan de renovación. Como ni que decir tiene que no ha recibido ni señal, tras el percance sufrido por su colega, Morenés ha deslizado que «están a la mitad de su ciclo de vida». A sus setenta tacos, Margallo ha debido decirle que tampoco se pase.
