Si alguien pensaba que Rusia no iba a reaccionar ante la imposición de sanciones por parte de la Unión Europea, estaba muy equivocado.

Nos encontramos ya ante las primeras consecuencias de la «venganza» de Moscú ante las sanciones impuestas por la Unión Europea a las órdenes de EEUU. Moscú ya ha advertido a Bruselas que las economías rusa y europea son «vasos comunicantes», por lo que la tercera fase de las sanciones tendrá una repercusión no menor en la economía de UE que en la de Rusia.

De momento son dos consecuencias catastróficas para la economía española: por un lado el veto ruso a la importación de productos agrícolas y ganaderos españoles, y por otro la pérdida de turismo ruso en los últimos meses.

La demanda de turistas rusos en España podría contraerse entre un 35% y un 40% en 2014, tras reducirse a la mitad las reservas previstas para la temporada de verano. Tras experimentar la mayor bajada en el mes de mayo, las agencias de viaje especializadas en este segmento prevén que el descenso se extienda a los meses de septiembre y octubre, con retrocesos en torno al 15%.

La capacidad de gasto de este turista es muy superior a la del británico o el alemán, lo que convierte a este mercado en el más rentable per cápita. Según los datos del Cabildo de Tenerife, el visitante ruso genera por persona unos ingresos de 1.374 euros al destino, frente a los 748 de la medida del resto de turistas.

Tenerife recibe el 97% de los viajeros de esa nacionalidad que pasan sus vacaciones en Canarias, con 185.000 en 2013, un 32% más que el año anterior.

En junio, el número de turistas ruso cayó un 13,9 por ciento interanual a 221.895 viajeros, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Industria, y hasta el final del verano se estima un desplome cercano al 17%.

Hay que tener en cuenta que el sector turístico español factura unos 110.000 millones de euros al año, equivalente a cerca del 11 por ciento del PIB, repartido casi al 50 por ciento entre turistas nacionales y extranjeros, por lo que una caída de este nivel supondría un importante varapalo al sector.

En lo referente al sector agroalimentario, el veto también se ha dejado sentir, sobre todo en Cataluña y la Comunidad Valenciana. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, decretó el miércoles 6 de agosto prohibir o limitar por un año las importaciones de alimentos, productos agrícolas y materias primas de los países que impusieron sanciones contra su país por el conflicto con Ucrania. El derribo del avión de Malaysia Airlines cerca de la frontera con Ucrania, que provocó la muerte de 298 personas, endureció la postura de EEUU y la UE, que adoptaron definitivamente medidas y sanciones contra Rusia. Las consecuencias de todo ello, comienzan a llegar a los ciudadanos de a pie.

Los 125 millones de euros que destinará la Comisión Europea para compensar el cierre del mercado ruso a las exportaciones europeas por el conflicto con Ucrania son escasos, muy escasos. Sólo en la Comunidad Valenciana las exportaciones hortofrutícolas a Rusia superan los 151 millones de euros.

No es de extrañar que una vez sabido el montante total de las ayudas europeas, la Conselleria de Agricultura lo haya considerado «insuficiente». La Administración valenciana ve también muy negativamente la ausencia de cítricos y caqui. Se trata de dos productos que entrarán en campaña próximamente, y que resultan de gran importancia para la economía de la Comunidad, recuerdan desde la Generalitat.

En este tema poco margen de maniobra tienen las comunidades autónomas porque es una decisión de la UE. De cualquier modo, el secretario autonómico de Agricultura mantendrá el jueves una reunión en el Ministerio de Agricultura para manifestar la postura de los productores de la Comunidad Valenciana. Insiste la Conselleria de Agricultura en que mantiene su apoyo al sector y se encuentra en contacto permanente para analizar la evaluación de las medias implantadas por el gobierno ruso. Ahora a los agricultores valencianos solo les queda esperar. Como siempre.