Es cierto que controlar los flujos migratorios es como poner una puerta en el campo, es un proceso complicado y complejo. Ejemplos de ello aparecen también en Canadá, EEUU, Irlanda y la propia Unión Europea, pero España tiene la suerte o desgracia de vivir muy cerca ese continente africano que, para bien o mal, generan estos conflictos.

Las migraciones son tan antiguas como las profesiones de la política o la prostitución, aunque en aquellos tiempos no existían las clasificaciones de ilegal, irregular, sin papeles ni indocumentados. Esos términos surgieron con el devenir del tiempo, ya que todo desplazamiento de un lugar a otro es migrar, las aves no tienen esas restricciones ni el dinero, sólo los humanos presentamos esos problemas para movernos.

Paradójicamente, el mundo occidental se creó gracias a las migraciones de África hacia Asia, Occidente y resto del mundo. De haber existido esas restricciones hoy no seríamos mundo.

La solución de la inmigración subsahariana a España es responsabilidad de los líderes africanos, sus débiles sistemas y la desatención de la UE y los países Occidentales: «Lo más importante y que al final es lo que soluciona el problema, en el medio y en el largo plazo, es generar unas condiciones de vida que le permitan a todas las personas vivir dignamente en su país. Porque si eso no es así, es inevitable que la gente no se quede en su país porque para la gente su primera prioridad es vivir, como es natural. Eso lo entendemos todos», «la inmigración ilegal no es aceptable», y «España es y seguirá siendo muy activa». «Somos la única frontera terrestre de la Unión Europea con el continente africano. Por tanto, vamos a trabajar» (Rajoy, UE-África -Malabo, 27-6-2014-).

Pero no solo con las fuerzas del orden se resuelve ese grave problema, sobre todo para los países que aspiramos a desarrollar una democracia -que era importante construir un mundo seguro para la democracia ya que sólo esta tenía el potencial para «liberar las energías de todo ser humano, esta es la principal causa la libertad de la democracia» (Woodrow Wison,1917) y esa libertad democrática es pull-push de la inmigración subsahariana.

En el artículo Inmigración, seguridad y democracia se analiza con claridad. «La inmigración y la seguridad constituye unos de los aspectos perniciosos del tema, el mero planteamiento de la inmigración como un ?problema? denota per se una actitud renuente, cuando no obstruccionista, al despliegue del potencial benéfico que los nuevos ciudadanos que llegan tienen para la sociedad de acogida. La diversidad per se, el aprendizaje de la convivencia en libertad, el intercambio de culturas, la mezcla de creencias, razas, lenguas y tradiciones, deben eclosionar en una democracia mestiza, también en el sentido político del término. El mestizaje como factor de cohesión para compartir entre todos». Y añadía, «resulta imperativo el control de las fronteras, al objeto justamente, de proteger los derechos de los inmigrantes. La lucha contra las mafias, la erradicación de las prácticas políticas corruptas en el trámite inmigratorio?». No sólo basta con defender las fronteras sino también al inmigrante que viene por las condiciones de indefensión.

Los profesores J. Gómez Fayrén y C. Bel Adell, en su estudio sobre el perfil del inmigrante africano, señalan: «Nueva inmigración africana en España. Inmigración subsahariana», en la que muestran los resultados del trabajo de campo extraídos de la observación empírica y definen al inmigrante francófono en general «como personas humildes y sencillas, muy trabajadoras, acostumbradas al campo y pequeño comercio. Sociables, carácter abierto y respetuoso; pasan la mayor parte de su tiempo trabajando; muestran interés por aprender la lengua y las costumbres para integrarse mejor. Siempre dispuestos a colaborar contribuyendo a la buena marcha de la convivencia, manteniendo el orden y la disciplina necesaria?» (sólo el 3,7% de los inmigrantes residentes en España son de origen subsahariano).

No obstante, este grave problema, España tiene una balanza comercial con África de un 250 por 100 en los últimos diez años y hoy supera al comercio de España con América Latina. «Cada año compramos más de 28.000 millones de euros de productos africanos, casi el doble de lo que exportamos al continente», (Rajoy, junio 2014).

La inmigración influye mucho en la opinión pública es importante informar bien a la población a través de los medios para no crear un estado de alarma y desprecio.

Con vallas o sin vallas llegarán inmigrantes. Las causas no están en los muros e impedimentos materiales, están en las condiciones de vida de los países emisores, como le pasó a Europa en la crisis del 1929 y en los años 60 del siglo XX.