El verano da para mucho, pero este en particular está dando para todo y más. Este es el verano de Ninilandia, a saber? término que define todo un colectivo en forma de país compuesto por una tropa de «ninis» que te sacuden las entrañas. Nini es igual a nada de nada. Es decir, ni trabaja (ojo, no es un parado, eh?), ni estudia, ni ayuda en casa, ni prácticamente existe, ni lee, ni se planta mísmamente en una ONG, simplemente «ninea», vaya, «na de na de na?». Bueno, miento, para cervezas sí que les da. Ninilandia es el paraíso de los ninis, y vaya por dios, en verano, cuando curras lleno de calor, se nota más que te rodean. Te da un plus cuando los ves en terrazas, bares, shopping (no se sabe con qué...) y todo tipo de sitios por doquier... Mientras a ti se suda el organismo entero intentando llegar a final de mes, es decir, currando como una posesa. Y no te cuento si eres parado y coexistes con el cabreo de que a ti, a ti, siiii, te gustaría trabajar. Pues esta ninilandia, precisamente esta de suerte, porque al menos la tele nacional le añade contenido a sus tardes y noches (que también tienen, eh?). Ayer comentando con mis papis en una de esas comidas que hay que hacer de vez en cuando, porque padres solo hay unos (y a ti te encontré en la calle, como diría una amiga mía...). Pues eso, comentando de tertulia y cafetito de sábado en el recomendable La Sal, entre política (cada vez más trepidante) y niños, sobrinos, cultura, educación y, cómo no, este mes Pujol? el tema más interesante iba quedando en el tintero. En ninilandia el mundo rosa no espera, y en mi casa hasta desespera, porque la verdad a mis padres se la «trae al pairo». Pero no en el caso de Ana, la gran Ana Obregón, que da para todo. Ella ha vuelto. Anita «la Fantástica» para algunos amigos y a veces para la prensa está aquí para quedarse. Los sábados serán su reino, su indiscutible retorno a la televisión y cómo no al mundo real de la fama, los paparazzi, las portadas de papel couche y los rinconcitos de nuestros recuerdos (ese posado en bikini de Mallorca no tiene precio...). Casi casi se lo pregunto en persona el otro día, porque la verdad me picaba la curiosidad por si repetirá o no. Pero señores, a lo que iba, Ana es toda una maravilla. Es la «tipa» más increíble, rentable, adorable también y lista del panorama nacional, solo superada por doña Isabel Presyler. Me tiene absolutamente «posesa» ese retorno y mucho más la frase antológica del sábado en un periódico de mi querida Ana: «A mí si alguien me lo ofrece y me pagan, lo hago, que habrá que pagarle un máster a mi hijo». Un diez, sí señor. Tuve el placer y tengo el placer de conocerla y me quito el sombrero. Es más, desde aquí diría que si alguno tuviese vista, ese posado no tendría parangón en una de nuestras playas. Porque Ana, señores, es verdaderamente un producto genial, en sí misma, en sus guiones, en su verdadero guión, que es su vida, pero además en algo que la gente no conoce, el pedazo de madre, madraza, que es. Y ahora de la mano de otro crack de la tele, el controvertido José Luis Moreno, nos va a dejar que ni aquellas galas de Sábado de Fiesta? y ya que así están las cosas, desde aquí sugiero una cosa genial. A mí me gustaría, y yo creo que a media España, que TVE igual que dio la noticia en sus informativos, tenga a bien dar la «campanada» y en ese programa de máxima audiencia en el reino cotilla de Ninilandia pusiese un granito de arena de la misma forma que hizo un gran agujero. Porque no llevar a un buen amigo también de Ana, me consta. Porque no darle un sitio de estreno a mi Francis Montesinos, más que nada para que en máxima audiencia y a todo trapo alguien reparara de una vez el roto que le han hecho en público. Francis es otro de esos grandes de la vida social española, es decir, de la Moda que es parte vital, que ha construido esas décadas de