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Juan José Millas

El espolón calcáneo

Yo padecí bruxismo (esa manía de apretar los dientes durante el sueño) antes de que se pusiera de moda. Entonces no tomaba ansiolíticos, aunque ya tenía ataques de angustia que confundía con amagos de infarto. El médico me hizo un molde de la boca y luego, con él, un mordedor entre blando y duro, de una resina sintética, que me ponía en la boca para dormir. O para no dormir más bien, pues me obsesionaba la idea de que se desplazara hacia la garganta y muriera en plena noche por atragantamiento. Prescindí del protector bucal que, partido en dos y estratégicamente colocado en los zapatos, me sirvió para aliviar el dolor de los talones, pues por aquella época padecía también del llamado espolón calcáneo.

Leo ahora en El País que una de las formas más comunes de la somatización de la crisis es el bruxismo y me pregunto si fui un adelantado; si mi rechinar de dientes era una premonición de lo que estaba por llegar. El apretón mandibular se da en situaciones desesperadas. Cuando te van a fusilar, por ejemplo. Leo en internet que la autopsia de muchos ejecutados revela la existencia de grietas en la quijada inferior provocadas por la tensión. Se preguntarán ustedes por qué hacen la autopsia a los ajusticiados. Pues por si hubieran muerto de otra cosa distinta al tiro de gracia. Es una cuestión de protocolo y los protocolos, como es sabido, solo sirven para alimentar la burocracia, tan socorrida para el ánimo en momentos de dificultad. A lo que íbamos: la crisis nos ha colocado a todos en situación de fusilables. No sabemos quién será el siguiente en recibir la carta de despido o en caer desde la clase media a la mendicidad. El estado del bienestar no consiste solo en salir de la cola del paro, sino en abandonar la del paredón.

Desde aquí les digo a los sufridores del bruxismo que este síntoma se va del mismo modo que viene: sin saber por qué (o cuando te fusilan). Yo relaciono la curación del mío con el alivio del dolor que me provocaba el espolón calcáneo. De modo que si el médico les prescribe un protector dental, deben ustedes ponérselo en los talones para que surta efecto. Significa que está todo patas arriba.

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