Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jorge Fauró

Adolfo Utor Martínez

Jorge Fauró

El socialista que compró el yate del Rey

En 1984, con 23 años recién cumplidos, Adolfo Utor Martínez (Alhucemas, 1961) se incorporó como trabajador a Flebasa, una naviera con base en Dénia que dominó durante décadas buena parte del tráfico de pasajeros entre la Península y las Baleares. Venía de otra compañía, Ignasa, a la que se incorporó con 21. Catorce años más tarde, junto a otros trabajadores de la empresa, tomó la decisión más importante de su vida: comprar la compañía para evitar su desaparición.

Sin formación académica especializada en el negocio que ahora lidera (nada se indica al menos en los perfiles oficiales de Utor); con página web propia; miembro del exquisito lobby empresarial valenciano que agrupa a las grandes fortunas de la Comunidad (AVE); y considerado por los expertos como uno de los personajes más influyentes del turismo en España, aquel joven barbilampiño con orígenes andaluces que comenzó en la empresa en 1984 y nunca pudo cumplir su sueño de ser alcalde de Dénia, es la misma persona que acaba de comprar el Fortuna, el que fuera el yate del rey Don Juan Carlos. Es el mismo, también, bajo cuya influencia se han tomado la mayoría de decisiones relativas al Partido Socialista en Dénia y en el resto de la Marina Alta en los últimos 20 años.

Forjado en los principios del socialismo que le inculcó su padre, Adolfo Utor Acevedo (persona muy querida en Dénia, presidente de la Casa de Andalucía), nuestro hombre no persiguió otro sueño a finales del siglo pasado que convertirse en primera autoridad de su pueblo. Hasta aquellas semanas intensas de julio del 98 en que los empleados de Flebasa buscaban fórmulas para quedarse con la naviera y mantener sus empleos, Utor aparece en la prensa local como referente del socialismo de la Marina Alta, su comarca, de la que llegó a ocupar la secretaría general.

Su capacidad de liderazgo dentro del partido le granjeó un enorme crédito como barón y valor de futuro, cualidades que le permitieron, entre otras «hazañas» del socialismo valenciano, contribuir a la caída de Joan Romero como secretario general del PSPV-PSOE en 1999.

Alineado tradicionalmente a figuras históricas como Joan Lerma o Ciprià Ciscar, el hoy presidente de Baleària participó de forma activa en la cacería (promovida por el aparato) de lo que entonces se llamaba sector renovador del PSPV.

Quienes le conocen bien dentro del PSOE subrayan la habilidad de quien no duda en tomar decisiones valientes y de alto riesgo. Le seducen los retos. En 1995, seguro de obtener la Alcaldía de su ciudad, se presenta como candidato. Pero el mismo poder que Utor atesora dentro del PSOE es proporcional a la debilidad que las siglas socialistas padecen en esta parte de la provincia, donde a causa de las influencias generadas por su proximidad al sur de Valencia, las formaciones nacionalistas gozan de gran aceptación. Ese año, el candidato de UPV (el germen de lo que hoy conocemos por Compromís) se aúpa a la Alcaldía y logra gobernar en minoría hasta que Adolfo Utor, en una decisión que acabará pasándole factura, pacta con el PP y con una formación local para apear al nacionalista del Gobierno y colocar de primer edil al aspirante de la fuerza minoritaria. Utor se convierte en primer teniente de alcalde, pero el acuerdo contra natura le aleja poco a poco del favor social.

Socio de Matutes

Tres años más tarde de aquello refunda la naviera de la que en 1998 ya es director general. Los negocios le obligan a alejarse de la primera línea política. Se centra en la empresa. Recorre los bancos en busca de liquidez con que reflotar Baleària y a partir de la de gestión, fuertes inversiones y una competencia feroz contra su principal oponente (la empresa del ex ministro del PP y banquero Abel Matutes, que opera en las mismas líneas marítimas de pasajeros que la compañía dianense), toma la decisión de crecer en el negocio a base de poner en valor los resultados. Compite por hacerse con Trasmediterránea y sólo se lo impide la musculatura financiera del ibicenco Abel Matutes, muy superior. Pero Utor no se rinde. Con la credibilidad de los bancos de su parte, Baleària adquiere barcos más rápidos, más potentes. El negocio se expande por otros puertos. En 2003, Matutes decide asociarse a Utor para evitar competencia. El socialista se mantiene como accionista mayoritario. A día de hoy, Baleària enlaza la Península con Baleares, Algeciras con Ceuta, Barcelona con Mallorca o Fort Lauderdale (EE UU) con las Bahamas.

Apartado de la política activa, muchos aseguran que sigue en la sombra. Incluso le atribuyen haber permitido que un concejal del PSOE de Dénia abandonara el partido en 2008 para aliarse con el PP y despojar de la Alcaldía a la socialista Paqui Viciano. Utor siempre lo ha negado.

Más de 30 años después de que entrara en la empresa desde abajo, la compañía que preside acaba de comprar el yate que un día patroneó Don Juan Carlos.

No se sabe si Adolfo Utor es monárquico o republicano, aunque en una reciente entrevista aseveró: «Los negocios no entienden de color político, sino de sentido común».

Semanas atrás volvió a sentarse en la misma mesa que el secretario general de los socialistas valencianos y candidato a presidir la Generalitat, Ximo Puig. Esta vez no se situó a su lado. Lo hizo enfrente, en calidad de miembro de la asociación de empresarios que reúne a las grandes fortunas de la Comunidad, la que contribuyó a convertir a Eduardo Zaplana en jefe del Consell, la misma con la que al PSPV le interesa mantener buenas relaciones. La misma de la que forma parte el militante socialista que acaba de adquirir el barco de un rey.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats