Cuatro años. Nada más y nada menos que cuatro años han pasado desde las nefastas elecciones al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Uva de Mesa del Vinalopó. Y digo nefastas porque todos recordarán los dimes y diretes que esta noticia protagonizó en páginas de los diarios alicantinos en relación a las prácticas «irregulares» que se llevaron a cabo en dicha elección. Prácticas consentidas y propiciadas por la Conselleria de Agricultura que en un proceso democrático son intolerables.

La Unió se echó las manos a la cabeza denunciando aquella situación y presentando recursos judiciales al respecto, ganó el contencioso administrativo a la Conselleria y un vocal tuvo que abandonar el Consejo. Pues bien, en la actualidad, ¿en qué momento nos encontramos? ¿Cuál es el escenario que vivimos? Personas del sector ajenas a las organizaciones tienen una sensación de abandono por parte de las altas esferas, que eligen a sus representantes según afinidades y no para defender a los agricultores.

De buena tinta sabemos que nada ha cambiado en relación a hace cuatro años. Siguió adelante el mismo presidente dando pie a una forma continuista de trabajar: sin ideas nuevas, ni proyectos innovadores en materia de Uva de Mesa ni subvenciones. Y ni siquiera sabemos cuándo volverán a convocarse de nuevo estos comicios.

Resulta humillante ver que los consejos reguladores se convierten en órganos al servicio del poder establecido o plataformas de lanzamiento de una carrera política concreta. Nuestro punto de vista está muy lejano de estas impresiones. Así, desde La Unió entendemos que los consejos reguladores han de perseguir el impulso de mejorar la rentabilidad del producto, en este caso, la Uva de Mesa, nada que ver con la política.

Por todo ello, nos parece indignante y una falta de respeto a los agricultores que se pierda el tiempo haciendo política agraria en vez de buscar soluciones ante la tardanza de muchas de las ayudas concedidas a miles de productores que ven cómo su medio de vida se ve mermado cada día un poco más.

Por todo ello, la premisa fundamental que define siempre a La Unió es la de defender, de manera independiente, los intereses de los productores sobre cualquier otra cuestión subyacente. Esa es nuestra lucha.