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Dudoso «stop and go»

Poco dio de sí la primera cumbre europea de la era Juncker. La dificultad de un acuerdo de los 28 para designar a los sucesores de Van Rompuy y Ashton al frente del Consejo y de la diplomacia comunitarios augura una legislatura erizada en cuyo decurso no será suficiente la mayoría de apoyo al nuevo presidente de la Comisión. Remitir al 30 de agosto la próxima cumbre puede ilustrar dos posibilidades: que las vacaciones son sagradas, o que hace falta mucha negociación para evitar un nuevo aplazamiento en la elección de los cargos de cúpula y la designación digital de los comisarios.

El PP no acaba de digerir la postura de los diputados del PSOE, que relativiza el peso del bloque español en el acceso a los cargos de influencia. Sin discutir la aptitud de Guindos para la presidencia del Eurogrupo, los repartos acaban siendo cuestión de pesos y medidas. Mucho más cuestionable parece la opción de Cañete para una Comisaría importante, a la vista del batacazo electoral sufrido por su lista en España y dando por hecho que tendrá en contra a todas las mujeres poderosas del Parlamento y los órganos de gobierno, por él genéricamente relegadas a la inferioridad intelectual. Los peperos están que muerden. Ya es perceptible que las esperanzas de Rajoy acerca de ambas hipótesis están perdiendo énfasis. La UE no renuncia a seguir integrando todo el espacio europeo en el sistena común, pero las abismales diferencias entre los viejos y los nuevos miembros serán disolventes sin una distinta política de repartos.

La actitud de los socialistas españoles gana valor de día en día en la perspectiva interna del partido y en la dinámica de constante negociación que se avizora en Bruselas. Juncker tendrá que cumplir sin ases en la manga sus promesas de crecimiento y empleo, aunque contradigan sospechosamente su cuota-parte en el austericidio que aún justifican sin pudor. Y demostrar que el hecho de haber sido primer ministro de un paraíso fiscal durante la mayor parte de su carrera polìtica no lastra la prioridad de la nueva legislatura, que es la unión fiscal y bancaria, a su vez antitética del facilismo evasor auspiciado por Luxemburgo. Pedro Sánchez ha invitado a Jáuregui „segundo en la lista de Rubalca-ba„ a explicar a las bases sus objeciones sobre la postura de los diputados españoles. No les vendría mal escenificar con ello que la política socialista no será en adelante una elaboración de despacho.

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