En buena lid -don Pedro- ha ganado usted la plaza de secretario general del Partido Socialista. La victoria ha estado reñida, Madina le ha pisado los talones. Madina tenía el bagaje de la popularidad, del puesto de diputado al que se le pone cara porque no se limita a estar escondido en un asiento apretando el botón que ordenan cuando hay votaciones. No ha sido «culiparlante». Tiene el bagaje de ser víctima del terrorismo, aunque no le he oído una sola frase intentando sacar provecho de eso. Al contrario de lo que hacen otros, mucho menos víctimas que él, que buscan rentabilidad máxima al hecho de que una vez un etarra los miró y -con pruebas apabullantes- afirman que se quedó con su cara y eso siempre ha sido un riesgo por la patria de lo más importante.

Usted casi no era conocido hasta que dio el paso al frente y entró en el lío electoral. Lío mínimo para el que se le viene encima.

Pérez Tapias -independientemente de que haya sido mi compañero de colegio y de Facultad-, es el más potente intelectualmente. Le aseguro que es un cerebro aunque sabemos que, muchas veces, los mejores cerebros no son los mejores directivos ni los mejores políticos. Ha perdido porque, desde el principio fue un «outsider» y porque no tenía de su parte al aparato. Ni siquiera a Susana Díaz, que es mucho menos cerebro que él y que fue puesta digitalmente por Griñán y por Chaves, virreyes andaluces desde que Queipo de Llano era cabo. La derecha critica: gobierna sin haber pasado nunca por ninguna urna, solo por estar ahí, señalada por el dedo poderoso del dios del momento.

Me resulta raro que, Pérez Tapias -sevillano, de izquierda socialista- haya ganado en Granada y no haya ganado en Sevilla. Cosas del aparato, de las familias, de las reuniones preelectorales, de los pactos y de los compromisos en ellos. Tapias, en los primeros años de carrera, sí corría delante de los grises con Franco y Carrero Blanco vivos. Chaves y muchos otros prebostes muñidores, de izquierdas desde siempre, no. Lo sé porque yo corría con Tapias en aquella época.

Lo he visto reunirse con Susana. Rápido encuentro. ¿No estaremos hablando ya de una tutela a distancia? ¿Es esa señora la que va a ejercer el poder de facto?

No quiero ser cenizo. La pugna ha sido limpia. Usted ha ganado, lo felicito y le deseo lo mejor en esta singladura importante.

Me queda una duda. Si no se lo digo, reviento. ¿Será posible dejarse ya de una vez por todas de barones, familias, grupos de presión, lobbys de unos y otros, gente que va a «pedir para los suyos por el apoyo impagable prestado», de capillas y de adláteres de todo tipo? ¿Será posible dejar de mirarse a sí mismos y pensar en los problemas diarios y reales de la gente? ¿Gente que no es socialista, ni popular, ni comunista ni nada pero que sostiene al país, que llena la calle, que trabaja -cuando hay trabajo- y vota en silencio el día de las elecciones?

No soy experto en procesos electorales ni en corrientes sociológicas ni en tendencias de los votantes. No soy Arriola, dicho en pocas palabras, pero algunas cosas sé porque ando a diario por la calle y me fijo y hablo con la gente y leo. España es de izquierdas. El PP que aglutina a toda la derecha, sin que se escape ni uno, tiene 10 o 12 puntos menos de los que suman entre PSOE, IU y Podemos.

Si España es mayoritariamente de izquierdas ¿por qué gobierna la derecha?

Yo no busco nada porque para lo que me queda que estar en el convento? Mi guerra es otra. Solo pretendo que el crematorio de San Juan del ídem me pase gratis por sus hornos porque es jodido aguantar los humos de otros muertos que queman allí todos los días y, cuando eres tú el quemado, tener que pagar encima. Es como el colmo de un chófer: pasa mil veces con el autobús por la puerta de su casa y, cuando lo encierra, tiene que irse andando.

Uno tiene hijos, nietos y sobrinos y amigos, y siente este país como suyo y quiere lo mejor para él aunque sean otros quienes lo disfruten.

Hágame caso. Meta a Tapias en la ejecutiva que este tío es un cerebro. No tenga miedo a las grandes coaliciones que la izquierda suma más que la derecha. Los empresarios a lo suyo: a crear empleo y riqueza. Los trabajadores a trabajar -con derechos y con deberes- porque ningún empresario monta una empresa y se parte la cabeza por caridad cristiana sino para ganar dinero. Trate bien a los jubilados que son -somos ya mismo- más de nueve millones y no hemos cotizado cuarenta años para que ahora vengan metiéndonos prisa para que palmemos porque han jodido el sistema y la caja. Arregle los impuestos porque no es normal que un sueldo de mil euros pague un 15% y una Sicav de tres millones un 1%. Métale mano al que meta la mano en la caja aunque sea sindicalista, que la gente está harta de trincones, golfos y vividores. Y no le digo más porque el director de INFORMACIÓN me va a coger manía por pasarme de líneas. Tal vez otro día.