Si fuese en un programa de televisión, veríamos a Wert y Catalá cocinando ellos solitos el mayor caos educativo de la democracia. Para desgracia general, ni es ficción ni existe un Alberto Chicote que rectifique desvaríos responsables del tremendo desaguisado de este final de curso que afectará al siguiente.

En el artículo La coctelera de Catalá (INFORMACIÓN, 15-6-2014), Victoria Bueno nos brindaba una visión de conjunto de la realidad educativa de la que este medio se hace eco cada día. Becas, libros digitales, plurilingüismo, jornada única, exámenes de julio, implantación de la LOMCE, contratos programa, comedores y EXIT, 10 ingredientes del cóctel repartido como ricino, que acompaña un menú tóxico para el sistema educativo, cocinado con recortes, discriminación, imposición, precipitación, improvisación, desorganiza-ción y aberración pedagógica.

Repetimos mil veces si hace falta: la LOMCE cosecha el rechazo de familias, profesorado y estudiantes. Es una ley sin apoyos que 8 comunidades autónomas, en mayor o menor medida, rechazan implantar. Es una ley nacida, contra la opinión de expertos y profesorado, con graves problemas legislativos y falta de financiación para las comunidades. Es una ley incierta para la infantil y la primaria, segrega y discrimina familias, alumnado y centros, y lo peor, esconde un toco mocho social en la FP Básica que, de facto, es la renuncia del Estado a la educación obligatoria e igualitaria hasta los 16 años en el siglo XXI, en un Estado de la UE y en nombre de la calidad, ¡ahí es nada!

Existe el compromiso de la oposición de derogar la ley y buscar consensos educativos que doten de estabilidad al sistema, y le eviten sacudidas improductivas como la actual. Se apostaron nuestro futuro y se lo están jugando en una loca carrera, de meta ideológica, iniciada hace 7 años con la conjura a la LOE y con Font de Mora como patrón destacado. Con él y con Catalá ahora, la educación valenciana ha empeorado cada curso.

Comprueben y juzguen si no: la generación más preparada, la que ya emigra a otros países, salió de aulas y universidades públicas; es el futuro de las siguientes el que ahora se forja y forma en los mismos centros pero con menos presupuesto, con menos profesorado, con aulas más llenas, con menos becas, con menos apoyos y con más burocracia.

Se ha adelantado el curso escolar ignorando que habrá que organizar los centros, grupos, horarios, optativas, aulas, programaciones, materiales, turnos, talleres, limpieza, etcétera, ¡en solo dos días en septiembre! Imaginen «cerrar» una empresa y abrirla en dos días con todo reconfigurado: mil clientes reagrupados, todos los horarios encajados y un centenar de trabajador@s y todos sus espacios y tareas reasignados. Sería una proeza. La afrontarán los centros.

El cambio normativo y los exámenes adelantados a julio, hacen imposible ahora el trabajo organizativo. Además de vaciar academias y complicar la vida a familias y estudiantes, el nuevo calendario llena de tarea docente el tiempo necesario para la opaca autoformación y la planificación del curso siguiente.

La normativa autonómica debería existir hace meses, pero mucha sigue en fase de borrador o pendiente de publicación. La publicada plantea galimatías como simultanear en los colegios horarios LOE y LOMCE (un imposible), o decretar un currículo de plástica sin tiempo material para ser impartido. La FP Básica que se implantará en septiembre ¡sigue en negociación!, y a pesar de ser enseñanzas obligatorias, no se ofrecerá en todos los centros y no conduce al graduado. Se impone una triple segregación, intelectual, social y de centros.

Los déficits y retrasos de infraestructuras públicas se cronifican al tiempo que se cede suelo público para la construcción de universidades y colegios privados religiosos. Se destapan en CIEGSA sobrecostes e irregularidades con fondos destinados a la construcción de colegios e institutos. Vuelven a faltar plazas públicas en todos los tramos postobligatorios, especialmente en FP, Idiomas y Adultos. Y aumentan los desequilibrios entre colegios e institutos que ven cómo se cierran aulas mientras se masifican otras o se conciertan nuevas. En lenguaje CAM, habría que estar hablando de expolio y deslealtad.

Se da otra vuelta de garrote a la normalización lingüística que, a pesar de ser objetivo a conseguir fijado por el Estatut y la Llei d´Ús i Ensenyament del Valencià, sufre otro recorte vil con el decreto de plurilingüismo valenciano. Nadie sabe a fecha de hoy qué libros se podrán mantener y cuáles habrá que cambiar el curso que viene. Con centros, profesorado, familias, editoriales y librerías denunciamos tanta improvisación y atropello normativo.

No hace falta seguir ni recordar becas, Universidad y comedores para saber que lo que funciona lo hace a pesar de la Administración. Hay datos suficientes para saber que nada puede mejorar por la senda del empobrecimiento impuesto, y también para saber que nada se hace por el bien del alumnado y la calidad del Servicio Educativo. Hay pruebas suficientes para juzgar quien está actuando con responsabilidad y quien irresponsablemente en educación.

Hace poco que la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública declaró Persona Non Grata y Enemigas de la Educación al ministro y la consellera de Educación. Lo suscribimos responsablemente.