¿Por qué el Hércules ignora y desprecia a su gente? Es la pregunta que nos hacemos los entrenadores y padres de la escuela de fútbol blanquiazul. Quizá sea porque no entiendan los dirigentes de este bendito club lo que significa llevar este escudo en el pecho, seguro que no. Yo, que soy alicantino y herculano, lo he llevado durante muchos años, primero en mi etapa como jugador -desde los 8 a los 21 años- y después como entrenador -en una primera etapa con Miguel Aracil y actualmente con Rodríguez y Paquito-, y es por eso que comprendo a esos padres con problemas económicos que hacen el sacrificio de pagar cerca de 600 euros para que su hijo vista esta camiseta. Yo sí lo entiendo. Pero lo que de verdad no me entra en la cabeza es el desprecio que demuestran ustedes utilizando los recursos de esas familias, que hacen lo imposible por ver a su hijo cada sábado defendiendo la camiseta y el nombre del Hércules. No escribo estas líneas por el resentimiento de que lleven ustedes cinco meses, en el mejor de los casos, sin pagarnos a los entrenadores de la escuela. No es por eso, es porque me duele el Hércules.