Y Joan Manuel Serrat, en su copla Fiesta, canta: «Gloria a Dios en las alturas/ recogieron las basuras/de mi calle ayer a oscuras/y hoy sembradas de bombillas». Una vez más ha triunfado aquello de «donde dije digo, digo Diego» o la importancia de recular haciendo bueno lo de que «algo debe cambiar para que todo siga igual», aunque para eso alguien se haya bajado los pantalones y mostrado las vergüenzas de quien no tiene ni los arrestos, ni la personalidad, ni los argumentos suficientes como para no dejar pisotear una razón que parece asistirle, lo que al resto del personal le puede llegar a producir una sensación de indefensión más que preocupante porque si en asuntos que se consideran relevantes se traga mucho me temo que en otros menos trascendentales te la claven igualmente y encima pidas perdón por si acaso el «clavador» pincha en hueso y encuentra más resistencia de la que esperaba en el momento de clavar. ¡Te la han clavado y lo sabes; nen!. Se llama gatopardista o lampedusiano -término que se utiliza en política y que tiene su origen en la paradoja expuesta en la novela «El Gatopardo», del italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957)- al político reformista o revolucionario que cede o reforma una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente. ¡Todo por la «Festia» -que diría el «barriguero» Joaninasi- pero sin la «Festia», al más puro estilo del Despotismo Ilustrado gabacho!. Joder, vaya un preámbulo más rocambolesco y farragoso; no sé si me he explicado, aunque tampoco me importa mucho, gatopardistas.

El otro día, medio en broma medio en serio, le dije a mi «hermanico» Alejandro -a saber vicepresidente de la Junta Central, «barriguero» fundador y exembajador Almohabeno para más señas- que, como ya hay un precedente y antes de que las aguas se pongan más bravas, iba a presentar en Palacio una solicitud para instalar mi «corralico» festero -«Amigos de Jaume I, el Conqueridor (por tener un nombre cristiano) y del «gintoni «fresquico», más de andar por casa- en la Plaza de San Sebastián, porque me sale de los «webs» y porque tengo unos «euricos», que me han «tocao» en un sorteo de la ONCE, para invitar a mis colegas a que vean pasar las hordas moriscas y las huestes cristianas por la misma puerta del «resinto».

Allí, en la «plaseta», tenemos infraestructura para pasarlo estupendamente sin tener que invertir mucho. Por ejemplo, está asfaltada (adoquinada); está en pleno centro del pueblo; hay sombra -por los «arbolicos»-; tenemos una pizzería al lado «pa» papear; tres bares para tomar café después de comer o cenar y, aunque habrá que negociarlo, que podremos utilizar para cubrir las necesidades fisiológicas, además de un cuarto -La Sal- del que es copropietario el vicepresidente Galiana, que nos brindaría muy gustosamente su local, siempre que Iván y Gloria no se molesten. Uno de los residentes en la misma «plasa» es propietario de una de las confiterías más refutadas de Oleza, con lo que tenemos «dulses» asegurados; el «polvi» nos deja unas «palmericas» y tracas de fuegos artificiales; Rafa se ha ofrecido para poner la música gratis; tenemos una «panadería» para comprar baguetes con aceite y sal con las que paliar la gazuza que entra a altas horas de la madrugada y hay algo que utilizaré como una razón de peso para pedir el permiso a Caroline Grace y al Zapata, «el aspirante»: hasta hace unos años, quienes ahora montarán un nuevo cuartel -dicen que en la Ocarasa-, los escindidos/díscolos/revoltosos Beduinos, levantaban su kábila y su surtidor de gasolina/vino/sangría/calimocho -¡vaya usted a saber lo que es!- en esta misma plaza ¡y lo pasaban tan ricamente!. ¡Pues yo también quiero que me den el permiso para cambiar la «Festia» con el objetivo de que todo siga igual!.

Qué me decís de Karina con su «aire de fiesta/los chicos y chicas/radiantes de felicidad?».

Y de Fórmula V: «En la fiesta de Blas/todo el mundo salía con unas copas de más». Nuestro cuartelillo -el de «Amigos de Jaume I, el Conqueridor y del "gintoni fresquico"»- no será una barraca popular, aunque habrá acceso libre, buena música y los indignaos tendrán sitio y trato preferencial, porque «podemos» y «queremos» pasarlo bien sin molestar a nadie. Se han cursado invitaciones a mucha gente famosa -entre ellos a Leiva, Melendi, Nacho Cano, Teo Gardalda, Miguel Ríos, Ramoncín, Manu Chao y Macaco; nada de políticos- para que nos «deshonren» con su presencia. ¡Habrá cigarritos de la risa y mucho color; más que en una caseta de la Feria de Sevilla!. Prometo que lo pasaremos mejor que un gato en una matanza. Quienes vengáis no tendréis que pagar nada, todo es gratis -para vosotros- porque el de la bodega -que nos deja las cámaras cobra la cerveza y las bebidas alcohólicas (agua no habrá, lo aseguro) y el de Iluminaciones Granja que cobrará el alumbrado que nos ha diseñado en exclusiva para el cuartelillo, que, a tenor de lo que se ha pensado, va a romper la pana y con el que la vamos a liar parda.

Bueno, tengo que confesaros una cosa sin importancia: ¡todo es mentira!, pero no menos que lo que nos han hecho creer los de Palacio y los de la Junta cristiano-moruna. ¡Qué «crus»!. «Aire de "festia"/los chicos y chicas/radiantes de felicidad?».