La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, hace un par de semanas, no dudó en decir con una sonrisa que «no hay más que salir a la calle» para ver «mucha más alegría que hace unos meses». Imposible conocer a qué calles se refiere, por razones de seguridad no es conveniente que sea público. Por otra parte y también por razones de seguridad, se desplaza en un coche oficial de manera clandestina. Quien también debe de pensar que hay alegría en las calles es el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, cuando afirma que «no hay problema de desnutrición infantil» en su comunidad. Posiblemente tanto Santamaría como González se habrán enterado con fastidio del pedido de la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, para que no cierren los comedores escolares durante las vacaciones, al igual que ocurre en otras comunidades autónomas.

Citar a Aristóteles en este caso suena a frivolidad, a «cachondeo»: «La realidad es la única verdad». Las estadísticas oficiales expresan que casi tres millones de menores no comen lo que tendrían que comer y cuando Cáritas en una rueda de prensa sin plasma lo comenta en Atenas, hasta Cristóbal Montoro se apresuró a negar que algo así sucedía en la España que salió de la crisis. Según el INE el 27% de las familias españolas no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días. Cruz Roja asegura que está distribuyendo alimentos a un millón de personas.

La ONG Save the Children afirma que el 30% de los menores de 18 años viven al borde de la exclusión social. ¿Al borde?

A González no le consta esta situación. Ocupado como está, ningún asesor se ha atrevido a poner sobre su mesa estas informaciones, de organizaciones que gozan de un merecido respeto. Insinúa por otra parte que puede haber casos pero son excepcionales, la negligencia de algunos padres que alimentan a su hijos de manera no adecuada; les compran «chuches» con IVA, puede que para engañar el estómago, el bocadillo de pan con pan no cuela. Y no pierde la oportunidad para hablar de obesidad sin precisar que esta enfermedad puede aparecer fruto de la necesidad. No sabe que los bancos de alimentos no están en condiciones de distribuir ni carne, ni pollo, ni pescado. Arroz, legumbres, tan nutritivas..., es lo único que pueden comer, y cocinar estos alimentos sin aceite por ejemplo, demuestra que mucha gente son verdaderos emprendedores. Si la obesidad le preocupa que hable con su compañero Cañete: no dejó de comer durante toda la campaña y cosas buenas (y caras). El PP no sabe que el inconsciente existe.

Muchas niñas y niños no están deseando la llegada de las vacaciones para abandonar los deberes y jugar. Estarán deseando volver a las aulas para al menos recibir una comida completa diaria. Sin desayunar, medio dormidos, escucharán al docente simulando que están atentos. Prestarán sólo atención a los ruidos que vienen de la cocina del comedor escolar.

Alegría en las calles... y desesperación en muchas cocinas. Afortunadamente el Gobierno sí es responsable con sus compromisos internacionales, no sea cosa que los Hombres de Negro se cabreen. Decide devolver antes de tiempo el rescate que benefició a la banca: este año 1.300 millones de dólares de los más de 40.000 millones. Se podía esperar hasta el 2022, pero decide comenzar a devolver lo prestado ocho años antes. Así es la Marca España, cumplidora.

Es de desear que Becerril insista, es su responsabilidad. De lo contrario tendrá que salir a la calle con una pancarta. Por ahí pasa Santamaría y la ve. Todo puede ser.