En un veterano socialista recae la responsabilidad de arreglar el partido en Elche. A Antonio Torres se le puede calificar como un superviviente de la política -al más puro estilo Ángel Franco- que se ha visto envuelto en mil batallas de las que, por lo general, siempre ha salido bien parado. Porque, ahí está tan fresco después de 30 años de haber vivido las guerras internas de una organización política que ha perdido el rumbo y que es incapaz de enderezar la nave a pesar de las flaquezas que muestra su rival directo, el Partido Popular.
El PSPV ha tomado la «arriesgada» decisión de cambiar para no cambiar nada. Me explico. Si después de la profunda crisis, del «sacrificio» de Antonio Rodes - el exsecretario general que se ha echado a un lado para dejar que entren nuevos aires-, se confecciona una lista con los mismos nombres que han provocado el cisma, mi pregunta, quizás ingenua es, ¿para qué narices se montan estas películas? Desde luego, para este viaje no hacían falta tantas alforjas. Pero puestos a especular y a poner cadáveres políticos en primera línea de fuego, todo hace indicar que Torres -un hombre de Diego Maciá-, apueste por Carlos González, que sale reforzado de toda esta gran mentira que a día del hoy es el PSOE. No sería un mal secretario general ni un mal candidato, excepto que sus «compañeros» sean capaces de quemarlo también en la hoguera.
